María Hanneman: El piano como línea de tiempo

María Hanneman: El piano como línea de tiempo

Pocas veces tenemos oportunidad de asistir a un lugar tan amplio como un templo y escuchar música que no tiene que ver con un acto sacro. El 22 de octubre en el Templo de la compañía de Jesús, Oratorio de la San Felipe Neri, en la ciudad de Guanajuato, María Hanneman nos regaló un concierto completamente mágico.

En cuanto al programa, desde el inicio, se estableció una relación clara con los exponentes bisagra de cada periodo entre el barroco y la música contemporánea, que transportó a las y los escuchas por un viaje de 350 años. Primero presentó una pieza del compositor que llevó al extremo más alto la polifonía y el contrapunto, Johann Sebastian Bach, la pieza fue su Sinfonía 6 en mi mayor.

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Posteriormente, Hanneman abordó la cumbre de la pianística a fines del siglo XVIII y principios del XIX con la n.º 6 en fa mayor, Op. 10 n.º 2 de Ludwig van Beethoven. Acercándose más al periodo de la música del romanticismo, la pianista nos presentó el Nocturno Op. 55 N.1 de Frederich Chopin. Otras obras que hicieron aparición en la selección de la joven pianista fueron el “Rondó Capriccioso” de Mendelssohn, y la “Gavota” del mexicano Manuel M. Ponce.

María Hanneman comenzó a tocar el piano a los cuatro años y a su corta edad ya se ha presentado en escenarios tan importantes como el Palacio Bellas Artes, el Carnagie Hall en Nueva York y el Mozarteum de Salzburgo. Este fue el primer Festival Cervantino en el que la joven de 16 años participa, pero seguramente habrá muchos más.

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