50 años después, los Dug Dug's seguían ahí
Fotos: David Segundo
Este fin de semana, los nuevos y diferentes escenarios del Festival Hipnosis 2021 fueron testigos de una total descarga de energía, guitarras distorsionadas, sonidos oscuros y la promesa hecha realidad del regreso de la música en vivo y en experiencia masiva para todos esos oídos deseosos de sonidos densos y alternativos.
También fue la oportunidad para que una simbólica actualización tuviera lugar. Ante nuestros ojos, y después de casi dos años de una pandemia global, los Dug Dug’s volvieron a presentarse en un festival de rock and roll, tal y como lo hicieron 50 años atrás, en 1971, en el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro.
Al filo de las 10 de la noche, los encabezados por Armando Nava subieron al escenario, calentaron con un par de rolas, probaron sonido, afinaron. Ante un impaciente nuevo público comenzaron el show, ahora dirigido a otra generación de jóvenes mexicanos, distinta a la de los años 70, ajenos en lo colectivo a la represión policiaca, acostumbrados a las congregaciones musicales masivas y a actos internacionales de alto nivel, pero que esperaron con alta expectativa la actuación que, en calidad de leyendas, los Dug Dug’s supieron dar.
Lee también: Ruido para sacarnos de la simulación: Mengers
Al paso de las primeras rolas, el festival se llenó de nostalgia por lo no vivido, psicodelia y rock progresivo con el que Armando Nava y sus muchachos lograron meterle reversa al tiempo y compartirnos un poco de lo que 1971 pudo haber sido.
Sin embargo, el momento del show llegó cuando Nava nos puso a cantar “La gente”, un clásico cuya capacidad narrativa nos conecta con el cotidiano y ocioso acto de ver a la gente pasar: “La gente, caminando va, y viene y va, y viene y va”.
Tras la estruendosa presencia del joven talento nacional, encabezada por Mengers, ACTY y Mature Over Rated Animals, los Dug Dug’s respondieron a su estatus legendario con sus clásicos “Lost In My World”, “Al Diablo” y “Cambia Cambia” con los que demostraron que la música no tiene edad y de paso que el rock and roll tiene esa ventaja de conexión transgeneracional en su ADN.