Lo viejo no se vuelve viejo, se vuelve vintage
Antonio Caballero, fotógrafo y padre de la fotonovela, cuenta que desde muy corta edad sintió atracción por las cámaras y todo lo que estas pueden proyectar. Su padrastro le regaló una y con esta comenzó a sacar fotos en todo momento. Dice que la mejor manera de congelar esos instantes, recordándolos para siempre es a través de la fotografía.
Después de contar algunas experiencias de su infancia y de cómo se fue abriendo camino hacia el mundo de la fotografía, mencionó su famosa foto de Marilyn Monroe. En esta, por mera casualidad ella cruzaba las piernas y dejaba al descubierto su pubis, ya que no traía ropa interior
Caballero, al momento de revelar las fotos, se dio cuenta que la foto fue por puro azar y no trató de hacerla pública. La vendió a un amigo en veinte pesos. Fue él quien se encargó de hacerla famosa en Europa. Después de darle la vuelta al mundo y pasar por muchas manos, el fotógrafo entendió que la foto lo había vuelto realmente famoso, al grado que sus colegas comenzaron a decir que ellos la habían tomado. La envidia y reclamos comenzaron y decidió registrar la fotografía. Por falta del negativo como prueba que él era el verdadero autor, se vio en la necesidad de comenzar una batalla legal por los derechos de la misma. Después de todos los esfuerzos se le reconoció la autoría de la foto.
La exposición Vintage: cuando el pasado regresa al futuro. Moda y diseño en la fotografía de Antonio Caballero, demuestra que múltiples épocas no son diferentes del todo. Simplemente se retoman algunos elementos del pasado para usarlos en la actualidad: eso lo vuelve vintage.
Las fotografías presentadas consisten en una serie de retratos de mujeres. La mayoría de estas de modelos, celebridades o vedettes de la época. En muchas ocasiones posando y algunas veces no. En estas últimas se presentan haciendo actividades cotidianas como aspirar la casa, preparar la comida, sonreír y compartir momentos con sus seres queridos. El común denominador de estas fotografías, es que todas cuentan con la presencia de mujeres bellas. Se acentúa el papel de la mujer de la clase media y media alta entre las década de 1950 y 1970 en Ciudad de México. Dicha serie permite reflexionar acerca del proceso de equidad que se ha gestado en gran parte del mundo en los últimos; así como el largo recorrido que queda.
Tomando en cuenta el momento histórico en el que estas fotografías fueron tomadas, podemos apreciar el largo recorrido que se ha completado en cuanto a la representación de diversidad humana. Es claro que, entre los cincuenta y setenta, se tenían estándares de belleza muy marcados. Las fotografías de Caballero funcionan como una especie de ventana hacia aquella época, permitiéndonos reflexionar sobre lo que entendemos como estético o bello en distintos contextos. Antonio Caballero aclara que, lo que siempre lo ha motivado es encontrar la belleza en cada uno de los lugares que visita, en encontrar comodidad en la fotografía.