Fotografías por Melissa Fuentes
Conforme se acercaba el gran día para la banda sureña de la CDMX, escuchaba una y otra vez los trabajos de Little Jesus, con la intención de encontrar el hilo negro que sostiene el gran eco que generan con cada lanzamiento. No es un secreto que el público mexicano es renuente y aún más con sus artistas nacionales, sin embargo, el quinteto ha recibido una aceptación tremenda, tal vez extraña de entender a sabiendas de que solo cuentan con un par de discos en sus cuatro años de existencia, claro, sus canciones hablan por sí solas y la calidad de cada una de ellas es inefable.
Llegó la hora de la cita en El Plaza, sin tomar en cuenta su presentación en el Foro Sol al ser teloneros de The Rolling Stones, queda claro que el recinto de la Condesa ha sido su venue más grande y la verdad no es para menos, la presentación de Río Salvaje, sucesor del aclamado Norte, era digna de una grandiosa fiesta. Estaban los anfitriones, estaban los invitados, ya solo faltaba la música y en una especie de warm up, Ela Minus junto con su bella voz, proyectó sus sintetizadores directo a los oídos de los presentes, quienes de manera cálida recibieron el tiny dance de la colombiana.
Al finalizar el acto de Minus pasaron pocos minutos para que Little Jesus tomara las riendas de su propia fiesta, porque después de que las paredes se cimbraron con el inicio de “Nuevos Amigos”, en eso se convirtió, en una fiesta donde la “Mala Onda” no tenía cabida ni al “Norte” ni al “Sur” y donde cualquier “Truco” era válido para desembocar “La Magia” en un gran “Río Salvaje” de tinte “Azul”.
Así de agradable y delirante fue la narrativa del concierto del pequeño Jesús, quienes de Little ya solo tienen el nombre, porque después de esta presentación me queda claro que no existe algún hilo negro que controle el éxito de la banda, son ellos y su talento los que están logrando que todo suceda y tal vez también nosotros, los jóvenes, el nuevo público del rock mexicano, que bandas como Café Tacvba, Fobia, Molotov o Zoé, no son para siempre y es hora de que cedan la estafeta. Bandas como Little Jesus demuestran que pueden dar el paso para ser parte de los nuevos headliners de cualquier clase de festival.