Existen diversas maneras de aproximarse a una banda. La más cotidiana podría ser a partir de sus canciones, y entonces, se tendría que marcar a marzo de 1996 como lance inaugural en la trayectoria de la banda escocesa Mogwai con su sencillo “Turner”. Como sea también existe una diferente aproximación en los conciertos y, en nuestro caso, se tendría que señalar el año 2006: un concierto grabado en el Ex-Nafinsa, ubicado en el centro histórico con un recién salido Mr.Beast , presentación memorable, dicen. Si existe cualquier duda de aquello se puede hacer el intento de localizar en Internet el audio de ese íntimo encuentro. Tanta fue aquella impresión de noise que en 2008 y con Austin Tv como teloneros, el Pabellón de Alta Tecnología dejó, como consecuencia de esas buenas bocinas de Glasgow, un zumbido agradable en los oídos de sus seguidores. Tres años después, como en todo festival, un encuentro más impersonal pero con más apertura se dio en los escenarios del Corona Capital. Pero ¿Y la del Plaza Condesa? sin duda, con un nombre ya trabajado en nuestro país, se responderá cuál es el tamaño verdadero de los escoceses, pero a falta del suceso, se puede vadear esa aproximación en las portadas de sus LPs:
El Young Team está adornado por una foto por el recién llegado baterista Brendan O´Here, de una esquina no cualquiera: el Banco Fuji. 3.776 metros de altura para estar en la cima del monte Fuji, símbolo de la altura- ¿espiritual?- Por la década de los noventas Fuji Bank se planta como una férrea organización internacional frente a la oposición de los EUA y se convierte también en el líder e impulsor de las organizaciones industriales del Japón. ¿Analogía al llamado fenómeno post-rock?
Dos años después llega el hombre de sonrisa trabada en la portada del LP Come And Die Young, acompañado de un mensaje: “Vamos, muérete joven” en el segundo (y temido por toda agrupación) álbum. La cubierta fea, rara, original, descuidada, mediocre, floja; ¿incomprendida? casi casi con la misma recepción que tuvo el contenido del disco, aún y con el lastre del primero (del Japón) en la canción “Kappa” (criatura acuática mitológica del Japón), no fue bien bienvenido por la crítica, aunque, quizá todo fue culpa de esos ojos inyectados de sangre mirando desde la cubierta.
Con el mismo descanso, en 2001, dejan el brillo de la primera portada y la oscuridad de la segunda para dar paso a colores cálidos: marrón, amarillo, anaranjado; sombras y puntos luminosos distribuidos por igual. Una especie de equilibrio, que en lo sonoro se podría entender como la propuesta del mismo disco: experimentar el peso de la etiqueta del post-rock con un nuevo estilo que se insinúa no sólo en el productor Dave Fridmann y Gruff Rhys de los Super Furry Animals, sino, en esa nueva propuesta de capas electrónicas que se puede encontrar en “Sine Wine”.
Nuevamente dos años después, y aún sin el contraste de las portadas pasadas, inevitablemente la portada es sencilla. Después del experimento en su pasada propuesta la agrupación tiende a moderar la presencia de sonidos en Happy Songs For Happy People (2003) ; se inclina por las pistas cortas (la más larga dura 8:25) y deja atrás -al menos hasta “Black Spider 2” del Zidane: A 21st Century- aquellas entregas de canciones largas.Sencillez.
La portada del Mr. Beast de 2006 fue encargada a Amanda Church, la cual dice al respecto de ella: “You know that scene in 'Aliens' (the second one I think) that bishop the robot is all messed up by the alien and lying on the ground? he's got this white milky stuff pouring out of him instead of blood, and as a kid watching it, that was so completely horrific and profoundly sad to me. I remember thinking too that it made a lot of sense for him to be lubricated by milk. Mr. Beast gave me the same feelings of horrible (un)sense but also sustaining beauty”.
En el mismo año, contrario a la portada “artística” del Mr. Beast, La de Zidane: A 21st Century Portrait resalta por evidenciar esa versatilidad comercial de los escoceses para incursionar ora en un proyecto ora en otro. Y es que quizá este soundtrack sea la entrega de Mogwai que exige más paciencia del escucha: pistas largas y adormecidas, que quizá sugieren ese periodo introspectivo de la agrupación. Como la cara del astro deportivo, solo, con la nada de fondo.
En 2008, con un álbum que se desliza sobre sus raíces, la banda apuesta explorar ese territorio conocido para dar vuelcos de repente en canciones como “Batcat” o experimentar, como muestra del amplio sonido del álbum, con capas electrónicas en “The Sun Smells To Loud”. Como sea, ese halcón que mira de perfil desde la portada del The Hawk Is Howling indica ese sobrevuelo que se hace antes de descubrir el territorio escogido para precipitarse , al vacío, con un nuevo sonido.
Pareciera que el paisaje de la portada de Hardcore Will Never Die, But You Will (2011) es el dispuesto para la caza del halcón de la pasada. Para este álbum contaron con la participación nuevamente del productor Paul Savage, quien había colaborado ya en los épicos Young Team y Come On Die Young; los resultados fueron los mismos, nuevos paisajes donde todavía se vislumbra la sombra del legado de aquel primer disco.