Ficciones tangiblemente reales en el libro Pilas de Mujeres de Patrícia Melo
Por Hatsi Sánchez
La violencia nace, se aprende, se convive, se suministra. Patrícia Melo en su novela “Pilas de Mujeres” explora cómo la violencia de género (y el patriarcado) se arraiga hasta el rincón más oculto del mundo.
Disecando su existencia desde el miedo hasta el enojo, desde lo institucional hasta lo personal, desde lo individual hasta lo comunitario y desde lo real hasta lo fantástico.
Una nota de cajón en las noticias del día es el feminicidio… se pierden sus nombres, sus caras y sus vidas. A lo largo del libro hay una constante imagen de “apilar cosas”.
“Yo soy judía y las imágenes del holocausto me persiguen y la idea de la pila de cuerpos es asustadora. Cuando se habla de pila de cuerpos, de un número grande, estás desvalorizando lo que está ahí y cuando estaba trabajando en el libro lo que tenía sobre mi mesa de la oficina era una pila de historias de feminicidios. Historias similares que parecía que lo único que cambiaba era el nombre de las mujeres, entonces de ahí la idea. Desde la pila de cuerpos del holocausto, por eso creí que ese debería ser el nombre del libro”.
El libro está escrito como una descripción tipo carpeta de investigación, usa feminicidios como introducción a los capítulos.
Respecto a esta decisión estilística, la autora contó: “Quise generar un impacto en la novela con estos apartados. Son once asesinatos reales y uno ficticio. Escogí aquellos que me marcaron mucho y con el ficticio, fue una construcción que la consecuencia de lo que se enfrentaba el personaje. Al combatir la violencia, te vuelves aún más vulnerable a ésta”.
Esta historia está permeada por situaciones reales, que se viven día a día. Con un sistema judicial patriarcal y frente al asesinato violento de tu madre, tu amiga, tu hermana… la “justicia”, en el mejor de los casos, se vuelve inequívocamente agridulce.
Hoy en día este concepto sigue siendo un ideal, que Patrícia conceptualiza como “el desnudamiento de la realidad (..) Actualmente la justicia tiende a reflejar la estructura del sistema patriarcal y protege a los asesinos y difama a la víctima. Y es muy triste realmente ver que esto funcione de esta manera”.
“El mayor impacto fue que cambió mi imagen en relación al hombre. Es difícil para mí, de una manera general, confiar en el hombre, creo que hay en la sociedad brasileña un hombre terriblemente violento, cada vez que hay alguna disfunción de poder, esta violencia se evidencia muy rápidamente, como la que tuvimos en el caso de Bolsonaro, cuando los índices de feminicidio aumentaron mucho. Para mí fue muy difícil reconocer que esa es una verdad, que la violencia masculina en Brasil es un hecho triste y común. Esa fue la mayor porrada que mi libro me dio”.
Este libro sirve como un recordatorio indirecto de cómo las condiciones cotidianas están permeadas de violencias que dejamos pasar, a veces, simplemente por supervivencia emocional.
