La virtualidad del Prado en Animal Crossing
En este despertar digital con la pandemia, desde la presentación de los NFT, las conferencias en Zoom, y la conversación alrededor del metaverso, lo digital ya está más instalado en los coleccionistas y también las instituciones. El Museo del Prado acaba de estrenar cinco recorridos enfocados a los programas públicos para jóvenes, y no tan jóvenes, de todo el mundo desde “Animal Crossing: New Horizons”, una isla especial para el arte para acercar a sus 34 millones de jugadores del mundo.
El especialista y curador Diego Olmos nos habla de la importancia de esta plataforma: “Las islas de Animal Crossing son una herramienta muy importante de comunicación actualmente, marcas como Gucci, KFC (incluso Joe Biden tuvo la suya para las elecciones) son ejemplos de este fenómeno nuevo para relacionarte con un público diferente, que es el público gamer y abre la curiosidad de ¿qué habrá hecho el equipo para adornar la isla? Lo que ha hecho el Prado es una curaduría bastante tradicional”.
A partir de la visita a la isla llamada M. Prado –la idea es que se tiene que ir a dormir en una cama para hablar con Alakama, y ahí introducimos el código: DA-5758-6558-3912–, se pueden visitar las piezas más icónicas, como “El jardín de las delicias” de El Bosco o “Una fábula” de El Greco; de la mano de la artista Clara Peeters.
Olmos nos comenta de las dificultades de las grandes instituciones de adecuarse a estas plataformas, por su falta de comunicación con generaciones más jóvenes o la “mal llamada generación Z”: “Está bien pero le falta este factor de interacción, como las transmisiones en vivo en Twitch o YouTube, porque si es un video nada más se queda en el mismo nivel de guía de museo y no de mediador”.
El artista y diseñador Tomás Maldonado ya se planteaba la pregunta de lo real y lo virtual a lo que contestaba “la virtualidad no es una novedad, o por lo menos no es una novedad impactante. Desde siempre, nosotros, los seres humanos, buscamos la posibilidad de aprehender ilusoriamente el mundo. De hecho, esta capacidad de imaginar, representar y producir mundos ilusorios es una característica distintiva de nuestra especie”.
El Museo del Prado abre la posibilidad de visitar La Quinta del Sordo, la casa de campo de las afueras de Madrid donde Francisco de Goya se refugia del caótico ambiente de la guerra. Entre “Dos viejos comiendo”, “El Aquelarre” o “Saturno devorando a su hijo”, el mismo Goya acompaña a los jugadores a ver las 14 obras más características de este periodo y que son parte esencial de la colección del museo.
Otras grandes instituciones también han participado de la plataforma, el MET, en el 2021, dio la posibilidad de “ser dueños” de Van Gogh o Hokusai de manera digital o el Thyssen-Bornemisza. Esta plataforma se ha convertido en un medio para que varios artistas y curadores organicen exposiciones, aunque con el regreso de las actividades presenciales, el ímpetu de las actividades digitales se ha ido apagando, “será labor de los museos crear estas nuevas herramientas y mantenerlas”, dice el pionero Olmos.
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