La última y nos vamos: Hasta pronto, Eusebio

¿Y si  muero mañana sin haber escrito un buen poema (siquiera un poema); sin contemplar que este país (mi país) se levante o cuando menos grite…? Eusebio Ruvalcaba

 

Huérfanos, somos huérfanos: los bebedores solitarios, arropados por las sombras de algún tugurio destartalado y maloliente; en la orfandad quedaron las vendedoras de caricias que consuelan a los desheredados y solitarios -santas que son el refugio de los que se pierden en medio de las tardes grises y  melancólicas-, perdedores anónimos en este cruel juego que llamamos vida. La música dejó de sonar: Schumann, Haydn, Strauss, Revueltas y Moncayo, por unos momentos todo es silencio.

Adiós, Eusebio. Hasta pronto, Ruvalcaba. Te adelantaste, no cantes victoria, viejo bribón: pronto estaremos con un caballito de tequila en la mano, hablando de todo y de nada, es decir: de mujeres y de música.

Siete de febrero de 2017, hubiera sido un día normal, monótono, aburrido y lleno de millones de historias anónimas. Sin embargo, no fue así, se te ocurrió la genialidad, la osadía de mandar al carajo la cotidianidad y te moriste. Dijeron que fue un hematoma cerebral. Irónico, tú que afirmabas con aplomo irreverente que cada día te volvías más ignorante, te jodiste, Eusebio, tu cerebro te puso un cuatro por menospreciarlo. Total, la muerte te reclamó.

Con 65 años heredaste a tus lectores chorros de tinta y tu locuaz devoción por la música, ese conjunto de notas y armonías en donde dicen, los iluminados, que se perciben los ecos de la creación.

Un hilito de sangre chorrea constante y pacientemente, Eusebio, no te has ido del todo. ¡Salud!

Imagen: Tumblr

Salmón, escritor, poeta y melómano:

Porque el alcohol es generoso. como un árbol que brinda sombra y refresca el alma. Sin que nadie se lo pida. “Caer fulminado por el rayo de un poema” , La Mosca en la pared, (año 13, 103), abril de 2016

https://www.youtube.com/watch?v=ZSRYxUv6YTs

Soy un perro y en los seres humanos que me rodean no distingo razas, sexos o especies, ideologías o religiones, colores o parentescos. Sólo veo perros en la gente que me todo. Agujeros en los cuales voy a desparramarme. Me dan risa quienes ponen peros: que la panza, que la nariz chata, que las manos regordetas. Los perros no nos fijamos en esas cosas. Sólo olfateamos el hoyo. “Incisos para Bárbara Elena”, La Mosca en la pared, (año 12, 96). septiembre de 2005.

 

Yo venero a la palabra escrita. Casi tanto como a la música. La tengo puesta en un altar. Y le he hecho sacrificios. He dejado al margen horas de trago, horas de amor. Porque la palabra escrita me ha dado casi todo lo que soy: lo mismo me ha dado para comer que ha puesto en mi camino los mejores amigos o mujeres maravillosas que me han prodigado calentura, bondad, conmiseración, ─pelos, sexo y tetas incluidos. Por la palabra. Por la palabra escrita. Pero jamás la he utilizado para agredir a alguien. Me vale madre como sea la gente. “Carta a un adolescente”, La Mosca en la pared, (año 14, 112), diciembre de 2007.

https://www.youtube.com/watch?v=OHIruOIRzNQ

No hay causa más poderosa para abandonar la música que la muerte. La muerte y nada más. Puedes morir por lo que se te antoje, pero sin dejar de ser músico. “Revueltas”, La Mosca en la pared, (año 12, 94), junio de 2005.

https://www.youtube.com/watch?v=pixG89R9Yj4

Un hombre que pide doble -doble tequila, doble ron, doble whisky- alardea. Es como una mujer que se sienta a la barra y cruza las piernas. O que remoja el dedo en el trago y se lo chupa. A la vista de todos. Lo más recomendable es sentarse lejos de ese hombre. Siempre será preferible beber al paso de las hormigas. Porque no hay prisa -la prisa se acaba cuando se cruza la puerta de vaivén. Sea como fuere, la muerte llegará inexorable cuando corresponda. “Brillos en el cristal”,La Mosca en la pared,  (año 12, 100), diciembre de 2005.

http://giphy.com/gifs/beer-televandalist-CgcgmOlWdoas

Muchos años han pasado desde entonces pero, para ser franco, mujer que me gusta mujer que le hablo. Ésa es la única ley que respeto. “Historia de un ligue”, La Mosca en la pared, (año 13, 108), septiembre de 2006.

El escritor, periodista, ensayista, dramaturgo y tallerista Eusebio Ruvalcaba, falleció el martes 7 de febrero a la edad de 65 años, un mes después de haber sido intervenido quirúrgicamente de un hematoma cerebral.

Descanse en paz.

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