La reina de la barbacoa
Recuerdo de algún lado el nombre de Cristina Martínez. No me acuerdo de dónde, seguro fue de uno de tantos documentales y series que he visto y leído sobre comida. Lo único que recuerdo es que es una cocinera mexicana que conquistó Filadelfia con el exquisito sabor de la barbacoa. También recuerdo que sólo iba a EE. UU a juntar dinero para pagar la educación de su hija, pero la vida la llevó a convertirse en una de las grandes estrellas culinarias en un país donde aún es ilegal.
Son muchas las historias de migrantes con éxito, pero afortunada o desafortunadamente, siempre salen a la luz las tragedias. Cristina es originaria de Capulhuac, Estado de México, de donde por cierto es oriundo el señor al que le compró tacos cerca de mi casa. Si van el fin de semana al Museo Anahuacalli, ubicado al sur de la CDMX, pocos metros antes podrán probar esta delicia que es mi taco favorito de la vida. Capulhuac es uno de los tantos pueblos que se dedican a la elaboración de este platillo que consiste en una técnica que a primera vista parece sencilla: sólo carne de borrego cocida con mucha sal en un horno, que básicamente es un hoyo en la tierra, cubierto con pencas de maguey y enterrado para darle cocción.
Sin embargo, la barbacoa es el resultado final de una técnica que se transmite de generación en generación con un alto grado de complejidad que concentra todo el sabor. Para un fin de semana espectacular no se necesita más que un taco de barbacoa y un consomé, no importa en qué lugar del mundo estés, está escrito en la Biblia. Así que con todo ese mar de conocimiento a cuestas, Cristina enamoró a la comunidad de Philly por donde llega el amor eterno: por el estómago.
La vida de Cristina, como la de millones de indocumentados en EE. UU, no es sencilla. Se tuvo que esconder, fue explotada laboralmente, además del racismo que se vive en las calles norteamericanas. Pero su sueño era que su hija rompiera de tajo con un patrón impuesto por la cultura machista que se vive a lo largo y ancho de México. La hoy reconocida cocinera vivió violencia en su matrimonio y como bien menciona Karla, su hija, en la serie documental Chef’s Table, alguién debía romper con ese eslabón.
Cristina Martínez decidió migrar hacia el país vecino con el único fin de brindarle a su hija un mejor futuro, así que no dudó en tomar esta difícil decisión. Fueron 15 días en el desierto donde se enfrentó a todo tipo de clima, no comer y demás dificultades que tuvo que sortear con el fin de lograr el sueño americano. Antes de ser la cocinera que encabeza las listas de los mejores restaurantes en la Unión Americana. Antes de las entrevistas y los documentales, Cristina es el fiel reflejo de las jefas de familia mexicana. Echadas para adelante y capaces de hacer el más grande sacrificio con el fin de ver a sus hijos ser felices, aún cuando tenga que ser a través de una pantalla.
Y para que a ustedes también se les haga agua la boca, aquí una probadita del capítulo de la quinta temporada de Chef’s Table donde se incluye la historia de Cristina Martínez: