La película de la semana: 'Retrato de una mujer en llamas'
Después de cinco meses con las salas de cine cerradas, el miércoles pasado, y después de la aprobación de las autoridades capitalinas tras la aplicación de una serie de medida sanitarias preventivas, reabrieron sus puertas la Cineteca Nacional y algunos complejos de Cinépolis, Cinemex así como proyectos independientes de exhibición como el Cine Tonalá.
Frente a las dudas e incertidumbre natural que el regreso a la nueva normalidad significa la CANACINE (Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica) y los diferentes eslabones de la cadena de distribución han emprendido campañas de comunicación que van desde la difusión de información por diversos medios electrónicos (entrevistas, videos, infografías interactivas), hasta publicaciones en redes sociales donde líderes de opinión relatan sus experiencias en el regreso a las salas. Entre ellas, llamaron particularmente la atención los testimonios de la Secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y el embajador de los Estados Unidos, Christopher Landau, que se mostraban felices de haber regresado a una función de cine. Por eso, y ante el hecho que este fin de semana ya podemos hablar de estrenos en la cartelera, nos implicamos en ello.
Ganadora del premio al mejor guión en el Festival de cine de Cannes del año pasado, y precedida por la fama y el activismo feminista de su directora y protagonista, llega a las pantallas de México Retrato de una mujer en llamas. Una historia de época que, como todo el buen cine que se remonta al pasado, utiliza esta estrategia solo para hablarnos del presente y los problemas que en él nos aquejan.
Así, la historia de un par de jóvenes en el marco de la sociedad francesa en el siglo XVIII, en la que las mujeres de buena familia sólo aspiraban a casarse o irse de monjas, y las que pintaban sólo podían hacerlo desde la modestia de retratar a otras mujeres, y en la mayoría de los casos no reclamar la autoría de sus obras, se revela como un espejo de los rezagos estructurales e injusticias que se siguen cometiendo en nuestros días. Eso por mencionar sólo la punta del iceberg que rebela, lentamente y con pericia, una autora como Celine Sciama a lo largo de las dos horas del relato.
El arte y una relación secreta como herramientas para luchar contra las imposiciones del status quo. El deseo y la sororidad como vehículos para buscar la redención. La pasión como motor y combustible para una memorable historia de amor en la que, aunque sepamos que las cosas pueden terminar mal, deseamos que sus protagonistas se digan una vez más cuanto se quieren.
En suma, un retrato contado y construido desde una mirada y una perspectiva distinta a la del canon y la tradición que nos recuerda que estamos lejos de haberlo visto todo en el arte o en el cine.
Más allá de tener una respuesta acerca de cuándo es o será el momento ideal para volver a una sala de proyección (en ese sentido la mejor opinión es la de cada uno y ese tiempo llegará con la tranquilidad necesaria para volver a la vida cotidiana), Retrato de una mujer en llamas es un buen pretexto para que los que así lo quieran asistan a donde se presenta, y los que no, la busquen en plataformas de streaming, como Mubi o Filmin.
Buena semana a todos. Síganse cuidando.