La noche que Juan Gabriel le robó el sueño al pueblo mexicano

A finales de la década de los ochenta, Verónica Castro se convirtió en la estrella de los programas de revista nocturna, un formato que tuvo gran éxito dentro de la televisión abierta mexicana. En 1988, estrenó su segundo late night: Mala noche... ¡no! En su año debut contó con la presencia de Juan Gabriel, en una velada histórica para el entretenimiento musical mexicano.

Un Juan Gabriel estoico, con un porte y elegancia digna de un Divo, se postró al centro de la escenografía acompañado del mariachi Arriba Juárez para dar inicio a un show inolvidable. Bajo una luz tenue, Juanga caminaba cual torero partiendo plaza. Alberto Aguilera era un intérprete en toda la extensión de la palabra, en cada una de sus composiciones hacia algunas adaptaciones de acuerdo al momento para darle un sentimiento especial.

Cuando dio inicio el programa, en punto de las 11 de la noche y después de terminar el noticiero de Jacobo Zalbludovsky, nadie en el foro se imaginó que Juan Gabriel daría un show de más de seis horas continuas. Entre bromas, canciones y anécdotas, el Divo en compañía de Verónica Castro dieron un recorrido a la basta trayectoria que para ese entonces el ídolo de Juárez ya había creado.

Entre sombras, recargado en un piano, al lado del maestro Eduardo Magallanes, su inseparable amigo, comenzaron a jugar con las melodías, solo por el gusto de cantar. El romance entre Magallanes y Juan Gabriel fue pilar del éxito del michoacano. En palabras de Eduardo: “Es muy fácil trabajar con Juan Gabriel y muy difícil trabajar con Juan Gabriel, hay una gran exigencia en todos los órdenes del quehacer profesional, es un gran artista que exige mucha disciplina, el es muy disciplinado y por ende los que trabajamos con el tenemos que exigirnos.

Juan Gabriel-Magallanes

Juan Gabriel tomó el micrófono con autoridad para cantar algunos de los temas que compuso para otros artistas y que pocas veces, hasta ese entonces, interpretaba en sus shows. El Divo de Juárez respondió a la pregunta de Verónica Castro del ¿por qué no cantas esas canciones? “Yo respeto mucho lo que otros cantan, aunque sean mías, pero es un momento bello” comentó el Divo de Juárez.

Dentro de los momentos especiales del programa repasó su trayectoria dentro de los programas musicales de la época. En ellos, se muestra la evolución de Aguilera Valadez  como artista, desde sus inicios con Paco Malgesto hasta ser presentado por Angelica Maria, a  quien Juan Gabriel le compuso algunas canciones.

La locura por Juan Gabriel era de admirarse. Decenas de fanáticos se quedaron fuera del foro de grabación. Los teléfonos no pararon de sonar durante la noche, de todas partes de la república mexicana, cientos de fans se comunicaron para solicitarle una canción al cantante michoacano; gran parte del show Juanga y Verónica Castro la pasaron en el sofá leyendo cada una de las peticiones y saludos del público.

https://www.youtube.com/watch?v=dza-G_5-OJ0

Agregar el acordeón al mariachi fue un elemento característico del cantante. Este cruce de culturas entre sonido del norte del país y la música vernácula de la perla de occidente hicieron que Juan Gabriel se luciera en aquella noche de 1988 al momento de interpretar un popurrí ranchero con temas como “No Vale La Pena”, “Que Te Falta Mujer” y “Caray”. No necesitó la figura clásica del traje de charro, con botella en mano y pistola fajada; con una camisa abotonada hasta el último botón, el Divo de Juárez dejó en claro que también de dolor se canta.

La noche transcurrió de forma natural, la convivencia en el programa hizo que el tiempo pasará de forma rápida. De pronto, ya iban más de dos horas de programa, pasaba la 1 de la mañana y los teléfonos no dejaban de sonar. El show trascendió fronteras llegando hasta Estados Unidos así como a Puerto Rico, momento que aprovechó para interpretar “En Mi Viejo San Juan” con dedicatoria especial a los fans boricuas. Hasta en el reclusorio oriente de la capital del país se enteraron de la presentación legendaria de Juanga en Mala Noche…¡No!

https://www.youtube.com/watch?v=tvoJbz-oHpU

Resulta complicado crear una síntesis de un programa de una duración maratónica. Aquella noche, Juan Gabriel no dejó de recibir halagos y saludos del público, entre los que se encontraban artistas a los que les escribió alguna canción, como Estela Nuñez. Fueron horas de complacer al auditorio, de demostrar que era un cantante que se debía al pueblo y que entregaba todo en el escenario.

Un problema de salud afectó la voz de Juan Gabriel, en diversos momentos del programa se mostró descontento por no poder estar al cien por ciento, el era su crítico más feroz. A pesar de estar ronco, la personalidad desinhibida de Juan Gabriel hizo que Verónica Castro alargará la duración del programa por más de seis horas. Guillermo Ochoa, encargado del noticiario matutino de Televisa, fue el encargado de dar fin a ese mítico show.

Ese formato nocturno a cargo de Verónica Castro le brindó una puerta a la música popular mexicana, decenas de cantantes desfilaron por los foros a presentarse completamente en vivo. Hoy en día, en plena decadencia televisiva, es difícil imaginar tener un show por la noche que tenga una presentación musical. Solo quedan recuerdos de todos esos programas, siendo este el más significativo. Aquella madrugada de 1988, Juan Gabriel, el Divo de Juárez le robó el sueño al pueblo mexicano.

https://www.youtube.com/watch?v=oXGVpRlx-GI

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