Una colaboración de Fernando Valencia @fervalencia4
Durante la primera década del nuevo siglo fuimos bombardeados con una serie de mundos mágicos y maravillosos, donde las criaturas reinaban, los sueños se hacían realidad, y los monstruos unidimensionales y grandes amenazas se resolvían con el poder del amor y la amistad.
Justamente durante este auge apareció en cines un misterioso tráiler. Aparentaba una tonalidad sombría, con una historia de magia ambientada en la guerra civil española. Para toda una generación de niños que crecieron esperando encontrar un clóset que los transportara a Narnia, El Laberinto del Fauno no era más que una cinta sobre hadas y ranas gigantes hablada en castellano.
El 11 de octubre de 2006, la cinta de Guillermo del Toro se estrenó en España ante el aclamo de la crítica. El día 20 del mismo mes, El Laberinto del Fauno llegó a cines mexicanos envuelta en una controversia que en su momento no supimos entender.
Con su severa clasificación C, que fuera reducida a B15 con una advertencia especialmente fuerte, familias enteras inundaron las salas para disfrutar el relato gótico de Del Toro. Nos encontramos con una historia bellísima, pero también sórdida, violenta y gráfica que hoy, diez años después, sigue provocando escalofríos en todos aquellos que vivimos una experiencia que cambió por completo la manera en que toda una generación percibía el séptimo arte.
Ofelia (Ivana Baquero) y su embarazada madre, Carmen (Ariadna Gil), llegan a la propiedad del Capitán Vidal (enorme Sergi López) buscando escapar de la guerra franquista que destruye España y crear una familia. La excesiva dureza del Capitán asusta a Ofelia, pero pronto recibirá la visita de un Fauno (Doug Jones), quien le explica que ella es la reencarnación de una princesa, y que debe pasar una serie de pruebas para volver a su reino, donde pertenece.
Del Toro es un amante del cine de horror. Así, horror, en su más amplia concepción. Los elementos sobrenaturales incorporados en sus películas siempre sirven como un telón de fondo a historias que van mucho más allá de los simples sustos. Aquí tenemos el epítome de este concepto. Es cierto, el Hombre Pálido asusta, pero la crueldad del Capitán Vidal hiela la sangre.
La película es tan confiada de su propio poder, que apenas comenzar nos muestra el final. Sabemos exactamente que las cosas no pueden salir bien, pero la estructura es tan brillante que deseamos estar equivocados en todo momento.
Del Toro nos desafía constantemente, lanzando una serie de distracciones y pistas que nunca llegan a converger para demostrar la veracidad o falsedad del mundo fantástico representado por el Fauno. Nunca sabemos si se trata de las divagaciones mentales de una niña de 13 años asustada que busca un escape en su imaginación, o un reino mágico que coexiste con la sórdida realidad.
La trama del mundo real es sencillamente fascinante. Brillan sobremanera Maribel Verdú con su Mercedes, y el ya difunto Álex Angulo como el Doctor Ferreiro. La primera, como la criada que esconde secretos vitales para el curso de la guerra; el segundo, pasa de ser un mero huésped de la propiedad a un ángel guardián para los que tienen la mala suerte de caer presos.
El usuario de Youtube Nerdwriter1 propone una interesante teoría, al hacer notar que es precisamente Ferreiro quien, con una frase, nos resume la película: “Obedecer por obedecer, así sin pensarlo… Eso sólo lo hacen gentes como usted, Capitán”. Del Toro se empeña en desobedecer todas y cada una de las preconcepciones del género, llevando al espectador a una espiral de intrigas, suspenso y esperanza con un pulso magistral.
https://www.youtube.com/watch?v=xbZNkMn3PvQ
Alguna ocasión, Guillermo llegó a declarar que se estaba olvidando la oscuridad de los cuentos de hadas. Todos los relatos clásicos de nuestras infancias contenían elementos bastante macabros. Una bruja que come niños no es precisamente material de Disney en nuestros tiempos. Él se empeñó en mostrar este lado de las fábulas, al mismo tiempo que nos ofrece una dualidad impecable entre los monstruos de ambas dimensiones.
Es por eso que al final, cuando vemos con temor que efectivamente Ofelia se sacrifica por la vida de un inocente, queremos creer que todo fue verdadero. Es por eso que Mercedes no sólo mata a Vidal, lo derrota por completo negándole la única cosa que en verdad desea en el mundo, trascendencia, con cinco sencillas palabras: “Ni siquiera sabrá tu nombre”. Esa mirada de temor reflejada en los ojos del Capitán justo antes de morir provoca una satisfacción inigualable en el espectador.
No quisiera terminar sin mencionar la maravillosa banda sonora de Miguel Polo, cuya preciosa “Nana de Mercedes” soportó la prueba del tiempo para volverse un distintivo, y la premiada labor del mexicano Guillermo Navarro en la fotografía, utilizando paletas de colores opuestas (colores fríos y cálidos) para diferenciar ambas dimensiones.
El Laberinto del Fauno es un clásico moderno. Una historia de hadas profunda que nos enfrenta de lleno con la crudeza de la realidad y, a través de los ojos de una niña, nos muestra una percepción muy distinta de una situación social adversa que nos propone una perspectiva muy interesante sobre cuáles son los monstruos más temibles del mundo. Y después de diez años, su vigencia y genialidad continúan siendo un estandarte imprescindible para el cine de habla hispana.