A Zebra Katz nunca lo verás encabezando un cartel. No parece interesarle. Su éxito lo tomó por sorpresa cuando su música la utilizó el diseñador californiano Rick Owens en la Paris Fashion Week de 2012, y sólo ahí pensó “esto debo tomármelo más en serio”.
Lo han querido encasillar en el género del hip hop y el queer rap, pero él siente muy limitadas estas etiquetas: Zebra Katz experimenta con la electrónica como pocos, se arriesga a entregar un trabajo lento, lleno de puertas falsas y tuerce el sonido hasta agotar las posibilidades.
Haber estudiado en la escuela de artes Eugene Lang College de Nueva York le dio la habilidad para expresar implícitamente pesados discursos sexuales y de identidad, aún repitiendo la palabra "bitch" 87 veces en una sola canción.
Su voz cavernosa, personalidad queer y estética sombría son el sello de este artista nacido en Florida y curtido en Brooklyn que lo han llevado a irrumpir en la escena musical y de la moda.
El productor Diplo ya lo arropó en su disquera Mad Decent; ya ha sido remixeado por Azealia Banks, Busta Rhymes y Grimes, además de abrirle conciertos a Scissor Sisters y Lana del Rey.
Zebra Katz podrá estar ahí con letras pequeñas en el cartel del festival más grande de Chicago, pero seguro los de arriba bajarán a ver su oscuro performance.