Una canción de paz que se volvió viral sin internet
Hoy se cumplen 200 años de la primera vez que esta canción fue escuchada y volverá a sonar y a ser cantada como lo fue aquella noche especialmente fría de un año especialmente duro.
Para los campesinos y personas de escasos recursos que la escucharon por primera vez, sus palabras: paz, amor, sonarían como un bálsamo, una esperanza. Tal vez por ello estaba destinada a conquistar un mundo que aún necesita de ambos.
No se trata de “Imagine”, de “Thriller” ni de “Bohemian Rapsody” . La canción más globalizada es nada menos que un villancico: “Silent Night”, “Noche de Paz” en español, y que se interpreta en unos 300 idiomas y dialectos de todo el mundo. Aunque en realidad deberíamos decir Stille Nacht, porque fue en alemán la lengua en que fue creada e interpretada por primera vez justo un 24 de diciembre, el de 1818, en una pequeña localidad de Austria.
De acuerdo con información de lavanguardia.com estos 200 años han dado para muchas versiones y leyendas en torno a su nacimiento y expansión. Se puede intentar resumir en ocho claves mientras seguramente la escuchan en la radio, la televisión o algún centro comercial, que es lo más probable, y justo la primera curiosidad es que en algunos lugares de Austria sólo se interpreta el día 24 de diciembre. Es parte de su patrimonio cultural. Intocable.
Los autores
Por razones desconocidas, el joven párraco de Oberndorf, Joseph Mohr, había escrito un nuevo villancico en 1816. Dos años más tarde el músico, compositor, profesor y multitasking amigo de un pueblo cercano, Franz Xaver Gruber, le puso música a los seis versos. Con los años y tras su éxito fue atribuido a Haydn, Mozart… incluso Beethoven, hasta que el hallazgo de los documentos originales lo aclaró todo.
Los ratones
A principios del siglo XIX la guitarra se consideraba más propia de una taberna que de una iglesia, sin embargo la primera interpretación de Stille Nacht fue con guitarra y no órgano, que era lo adecuado. La leyenda quiere que unos ratones hambrientos se habían comido los fuelles del órgano. La realidad es que el instrumento se encontraba en reparación y no llegaron a tiempo para la Nochebuena.
La difusión
La casualidad quiso que el nuevo villancico llegara al oído de dos familias de cantantes de la región, los Strassers y los Rainers, una especie de Von Trapp que empezaron a interpretarla por el Tyrol, Salzburgo…. Hasta que llegaron a las más altas instancias: los Rainers la interpretaron ante el emperador de Austria y el Zar de Rusia y la llevaron a Nueva York, donde actuaron en 1839. Más curioso es el caso de los Strassers, que se dedicaban a vender guantes por los mercados y cantaban el villancico para atraer al público, hasta que actuaron para el Káiserm quien quedó tan impresionado que ordenó que el coro de la catedral de Berlín la cantara cada Nochebuena.
La globalización
Se suele aceptar que Stillen Nacht llegó al Reino Unido gracias al esposo de la Reina Victoria, el príncipe Alberto, de origen alemán, quién también importó la costumbre de las tarjetas navideñas y los árboles decorados. Un poco más tarde, en 1859, John Freeman Young, pastor episcopal en la Trinity Church de Nueva York, tradujo el villancico al inglés. A partir de ahí, y para gran parte del mundo, se convirtió en Silent Night.
Las versiones
Y con la difusión llegaron los cambios. Ya desde su primera interpretación “Stille Nacht” ha sufrido modificaciones musicales y también en las traducciones. Y ha sido interpretada por Mariah Carey, Jimi Hendrix, Elvis Presley, Aretha Franklin… y sobre todo Bing Crosby, cuya versión de 1928 ha quedado como la “canónica” y se ha convertido en el tercer single más vendido de la historia.
El homenaje
Y ligado a este, el turismo. Un itinerario permite reconstruir el ambiente en el que fue concebido el villancico. En Oberndorf, donde fue interpretado por primera vez, un museo recoge la memoria de aquel momento; el escenario de aquella primera “Noche de paz”, como se denomina en castellano, la iglesia de St. Nicholas, fue reconstruida en 1937 en el mismo emplazamiento que la anterior, destruida en una de las riadas que durante el siglo XIX azotaron la zona.
La sorpresa
También ligada al punto anterior: a principios del siglo XX, y como reconocimiento a los autores del villancico que puso Oberndorf en el mapa, se decidió construir un memorial con sendas esculturas de ambos. Sin embargo, Joseph Mohr nunca fue amigo de los retratos y no se conserva ninguno de él, por lo que en aras de la exactitud artística se procedió a exhumar su cadáver para entregar la calavera al artista y así poder inspirarse. A partir de ahí se suceden las calamidades y malos entendidos: una vez acabada la escultura, la calavera no volvió al cementerio para reunirse con el resto del cuerpo, sino que fue guardada y almacenada por diferentes personas. Una de las versiones es que finalmente fue utilizada en la construcción de la nueva iglesia de St. Nicholas.
El mensaje
En el 2011 la Unesco declaró Silent night Patrimonio Cultural Intangible. Tal vez se tuviera en cuenta el papel que el villancico desempeñó en la famosa tregua de navidad de 1914, en la Primera Guerra Mundial. Aquel 24 de diciembre las tropas alemanas habían colocado árboles navideños al borde de las trincheras. Un soldado alemán comenzó a cantar Stille Nacht, e inmediatamente hicieron lo propio en inglés al otro lado de la línea. Así empezó la tregua, sólo por unas horas. Noche de paz sigue siendo un deseo por alcanzar…