Kim Gordon: Invocando portales de distorsión musical
Fotos: Esteban A. Catalán
Tal vez la música de Kim Gordon no está hecha para cantarse o bailarse, pero se siente en cada fibra del cuerpo. En el tercer y último día del Corona Capital 2022, el público sintió de pies a cabeza las vibraciones distorsionadas de la leyenda experimental.
Con el escenario pintado de azul, comenzaron a resonar las primeras notas de “Sketch Artist”, anunciando que se acercaba poco a poco algo acechante. Entonces, apareció Kim Gordon en el escenario, con una camisa blanca, corbata negra, y unos pantalones que brillaban remarcando cada uno de sus movimientos.
Así comenzó el viaje. Con imágenes de calles y ciudades en la pantalla de fondo, la voz susurrante y llena de aliento de Kim Gordon guió al publico a una dimensión desconocida, oscura, en donde las guitarras se tocan con desarmadores y las notas se desfiguran y retuercen hasta el límite.
Por una hora, Kim Gordon arrastró lentamente a su público a un hoyo negro, haciendo un llamado al fin del capitalismo con el cable del micrófono colgado en el cuello cuando no estaba invocando sonidos fuera de este plano con una guitarra. Rhys Hastings, Camilla Charlesworth y Sarah Register la acompañaron en cada canción con el mismo estallido de energía con la que les dirigía.
Las luces del escenario la pintaban de colores o la convertían en una silueta sin rostro, y con cada explosión de sonido parecía que en cualquier momento se iba a caer el escenario, el piso, o el cielo, quizás el mundo entero.
Antes de retirarse, le hizo un pequeño shoutout a Karen O de los Yeah Yeah Yeahs, quienes se habían presentado en el festival un día antes. Cerró el concierto con “Grass Jeans”, dejando en claro que es una canción por la libertad de elección para todas las mujeres, los hombres también, pero las mujeres primero.
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