El día que la pachamama lloró de felicidad al escuchar a Khruangbin en vivo
Fotos: Esteban A. Catalán
Después de que nuestros cuerpos y oídos estuvieran castigados por tanto tiempo sin ir a un festival, este fin de semana nos unimos para realizar el hermoso ritual humano que es ver música en vivo. Creo que muchas de las personas que asistimos al Corona Capital estaremos de acuerdo cuando digo que fue una experiencia que se sintió como medicina.
Uno de los muchos increíbles actos fue el trío tejano Khruangbin: conformado por Laura Lee en el bajo, Mark Speer en la guitarra y Donald Ray “DJ” Johnson en la batería. Apenas había llegado la noche, y entre luces y visuales, el grupo salió a enriquecernos a todos con un poquito de su magia musical en el escenario Corona Cero. No lo sabíamos, pero esa noche Khruangbin nos iba a contar una historia con su arte sonoro, y nos llevó de la mano a través de toda la experiencia.
Empezaron a contar su cuento con su conocida canción “Time (You and I)”. En pocos segundos, el público no pudo dejar de mover el esqueleto. El acto de Khruangbin estuvo lleno de música de calidad. Además de tocar varias de sus rolas, el grupo también exploró riffs de covers en donde ponían un poco de su propio estilo, como “Bam Bam” de Sister Nancy y “Gypsy Woman (She’s Homeless)” de Crystal Waters. La música fue apta para todos los gustos: exploraron con rock, funk, psicodelia, soul, dub y electrónica.
Poco tiempo después de haber iniciado, gotas empezaron a caer del cielo. Inevitablemente cierto miedo empezó a invadir al público, pues varios de nosotros vivimos la experiencia de vivir un Corona bajó la lluvia (CC 2014) y el suceso nos dejó con traumas y mucho lodo. Afortunadamente la lluvia era bastante suave y no impidió que la gente siguiera gozando.
La hermosa historia que Khruangbin estaba contando era tan alegre, tan hermosa y tan emocionante, que la lluvia suave se convirtió en un complemento. Se sentía como si la madre tierra, nuestra pachamama hermosa, estuviera llorando de la felicidad de volver a ver a tantas personas felices, disfrutando la música en vivo, y gozando la excepcional música de Krhuangbin.
Los tres integrantes brillaron de manera individual y juntos volaron. Cada instrumento jugó un papel esencial. La química que tienen como conjunto se transmite, se contagia y se siente. Fue una historia llena de colores, de amor y felicidad. Gracias Khruangbin por este viaje de emociones y dicha.
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