Joven, ese cocopache... ¿es de libre pastoreo? Insectos comestibles en la FIL Guadalajara 2022
Todos comemos insectos, aunque no sea nuestra intención. Por ejemplo, una persona ingiere en promedio 8 arañas al año. También es posible (y al parecer aceptable) encontrar hasta 60 pulgones o ácaros por cada 100 gramos de brócoli congelado, según lineamientos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos. Incluso, si lo pensamos bien, los crustáceos como camarones, cangrejos y langostas podrían considerarse bichos.
Andrés Cota Hiriart, zoólogo, novelista y ensayista, nos compartió éstos y muchos más datos acerca de nuestros hábitos alimenticios alrededor de los bichos durante su presentación Entomofagia, la virtuosa costumbre de comer insectos y cómo podría llevar hacia un futuro más sustentable en el marco de la FIL Guadalajara 2022.
Pero no todo es cuántos bichos nos comemos sin darnos cuenta. Después de todo, esta presentación se trató de la práctica de comer insectos como una solución a distintos problemas económicos y medioambientales. Lo que es especialmente prevalente en México. “Según las cifras del gobierno hay algo así como 549 especies distintas de insectos que se comen en nuestro país”, comentó Andrés Cota Hiriart. “Pero yo tengo otros datos. Simplemente por el volumen de especies de insectos que existen, deberían de ser muchas más”, complementó.
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Entre jumiles, chapulines, chinicuiles, cocopaches, hormigas chicatanas y muchos ejemplos más, se mostró que la variedad de insectos que se comen en México es excepcional. Todos estos bichos tienen sabores y formas de prepararse muy particulares, y algunos son considerados delicadísimos manjares.
Además de los bichos que ya nos comemos, también es importante empezar a pensar en todos los que podríamos comernos en el futuro. “Los insectos han ido y venido, y van a volver con todo”, aseguró el científico. Resulta que los bichos presentan un gran número de ventajas alimenticias sobre otras fuentes animales. Por ejemplo, se requiere una cantidad de agua 2,000 veces mayor para producir un kilo de proteína de res que un kilo de proteína de insecto.
Las ventajas de comer insectos son muchas. Desde el eje medioambiental y el aprovechamiento de especies que consideramos plagas hasta la posibilidad de generar ingresos para las comunidades que más lo necesitan, las virtudes de la entomofagia nos invitan a considerar a los insectos como la alternativa hacia un futuro más sustentable, más eficiente y mejor nutrido.
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