Johnny Marr... Algo más que 'greatest hits'

Johnny Marr... Algo más que 'greatest hits'

Fotografía por Ana Paula Chirino

Fotografía por Ana Paula Chirino

Uno de los músicos más influyentes del post-punk de Mánchester encendió el Plaza Condesa. Johnny Marr dio un espectáculo sonoro efusivo y ecléctico, que demuestra la profundidad y riqueza de su  amplia carrera. Con todo esto dicho, quizás inevitablemente, las ovaciones más grandes llegaron cuando se evocó al pasado.

Tras una breve pero intensa presentación de los teloneros The Belle Game, al punto de las 21 horas con 7 minutos, Johnny Marr tomó el escenario. El exguitarrista de los Smiths salió ataviado con una chamarra de cuero, pantalones de mezclilla, su icónico peinado y su Fender Jaguar; todo esto en conjunto creó una imagen que desafía al tiempo. El primer tema fue “The Tracers”, de su más reciente álbum Call The Comet, y desde ese momento, Marr mostró su talento en los riffs. La respuesta de la audiencia fue cálida, más no escandalosa, maravillados y meneando cabezas.

Con luces de fondo azul y rojo, se escucharon los primeros acordes de la segunda canción, “Bigmouth Strikes Again”, y el Plaza estalló. El público comenzó a brincar y el suelo rebotó y absolutamente todo el recinto, coreó el sexto track de “The Queen Is Dead”. Posteriormente saludó al foro:

“Hola México, me tomó sólo diez años regresar, ojalá valga la pena.”  

Tal como lo hizo en su disco más reciente, los comentarios de Marr entraron a lo político: “¿A ustedes les cae bien Donald Trump?”, tras la respuesta negativa del Plaza, continúo: “Acabo de tocar en lugares [su show previo fue en Arizona] donde siento que había gente en el público que me quería arrancar la cabeza, qué bueno que estamos de acuerdo.” Marr procedió a dedicar el tema “Bug” al mandatario norteamericano.

Johnny Marr se mueve en el escenario con maestría y serenidad, algo que probablemente se debe a su amplia experiencia. Asimismo, muestra una especie de sintonía con los músicos de su conjunto, como si cada uno supiera exactamente qué hacer en todo momento. El guitarrista se mostró amable y humorístico con el público, con chistes y una solicitud de canción.

Sonaron temas de toda la carrera de Marr, desde su material más reciente, del cual destaca el sencillo “Hi Hello”, hasta “Getting Away With It” de su época en Electronic con Bernard Sumner. Finalmente, el tema más aplaudido fue “There Is a Light that Never Goes Out”, la cual dedico a “todos en este edificio a nadie fucking más.” Johnny se despidió tocando la guitarra sobre su cabeza, prometiendo volver pronto.

Ser testigo de Johnny Marr en vivo resulta lo contrario de lo que se espera cuando se ve a alguien que forjó leyenda con una banda importante en el pasado.  Aunque el público se emocionó más con canciones de The Smiths, no es una experiencia greatest hits. Las propuestas musicales de Marr son frescas y vigentes —algo reflejado en las letras de su más reciente álbum—y sabe echar mano de la diversidad de sonidos en su currículum musical para evitar la monotonía. Dicho en menos palabras: una combinación entre lo nostálgico y lo novedoso.






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