Jack White y su Entering Heaven Alive: Terapia necesaria para entender el presente
El mundo de la música puede ser incierto y complicado para muchos de los grandes artistas que son reconocidos alrededor del mundo. Y en ocasiones, escribir una partitura y acompañarla de letras que expresen los sentimientos es la mejor válvula de escape para liberar la mente.
Jack White, el talentoso músico originario de Detroit, es uno de esos creadores que, ya sea de manera solista o con alguno de sus diversos proyectos, es capaz de producir sonidos y narrativas con atractivas capas y matices que te permiten adentrarte en esos universos de posibilidades que expresan el sentir del momento, el estado de ánimo del mismo artista, algo que inevitablemente conecta con el escucha de inmediato.
Entering Heaven Alive es el nuevo álbum y segundo en su carrera como solista, y carga con un mensaje atronador: “Mi paz es la libertad de las masas”. Lanzado bajo su propio sello, Third Man Records, el pasado 22 de julio, esta placa busca en su narrativa entender un mundo distópico sin rumbo alguno, acompañada de la experimentación sonora y visual de un artista que, desde el inicio de su carrera, decidió nunca encasillarse en un género.
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El disco abre con “A Trip From You to Me”, una canción en la que podemos experimentar la diversidad en la paleta sonora de White, misma que nos permite viajar a diferentes espacios y encontrarnos al final con una senda de paz, que permite que te sientas libre de todo lo que pasa a tu alrededor por unos momentos.
Con sonidos de guitarra propositivos como siempre, y una batería constante con ligeros tintes funk, “All Along the Way” podría ser la rola ideal para una película de horror de los años 80. En la escucha, todo se alinea y entiendes de pronto que estás siendo parte de la vida de Jack, y que tal vez todo eso que canta y lo que te mueve a través de las vibraciones sonoras es también lo que estás viviendo en este momento, y eso es algo único. Es la música que nos ayuda a sobrevivir el día a día.
“I’ve Got You Surrounded (With My Love)”, casi a la mitad del álbum, es la pausa necesaria para girar el vinilo y seguir descubriendo más sonidos. Este track funge como la carta que continúa con la historia, una mezcla de sonidos de guitarra con un bajo muy marcado que te hace mover el pie sin parar, y te prepara para el lamento, para ese sentir inexplicable, pero que al final sube como espuma para cambiarte un poco ese semblante con la energía típica de Jack.
La segunda mitad del disco es una cara más folk. El track “Queen of the Bees” ofrece una frase emblemática: “Demos un paseo al final, ven, dame la mano y que todos nos vean”, haciendo alusión a un romance interesante.
En ocasiones, ciertos sonidos te remiten a situaciones, fechas y momentos que están dentro de tí. En “A Tree On Fire From Within”, podemos escuchar al inicio una reminiscencia a las épocas navideñas, ese cálido abrazo que te da el árbol y las luces que están alrededor, con la mezcla de un piano y una voz poderosa que mantiene el ímpetu energético del álbum.
La familia es parte fundamental de la vida. Son los que están en primera fila para decirte que, pase lo que pase, estarán allí para ti. Así lo entiende White, quien le canta a su padre sin querer cantarle a su padre: “Señor te ruego mi padre no se entere de como he pecado desde el inicio, él no lo entendería”.
Hacia el final de Entering Heaven Alive hay un poema que fue escrito para que el alma se sienta liberada, como un escape de esa presión del mundo exterior. “Taking Me Back (Gently)” tiene ese estilo sonoro de cantina del viejo oeste, y nos dice que regresar de un viaje es bueno. Y cómo los aprendizajes de esta experiencia deben llevarnos a cambiar, hacia algo mejor y nuevo.
Con este nuevo material, Jack White deja en claro una vez más que, ya sea solo, acompañado, experimentando con sonidos y hasta con un look nuevo y estrafalario, nada lo detiene para expresar notas que ayudan a mejorar el derredor de todos y todas las que escuchan.