Florian Schneider y Kraftwerk: la mente de una era que marcó generaciones
Por Miguel de la Vega
Después batallar con cáncer, el co-fundador del grupo alemán falleció a los 73 años. Más devastadora es la noticia siguiendo la publicación de Wolfgang Flür, otro miembro del cuarteto techno, quien reportó que Schneider tenía planeado lanzar nueva música en los siguientes años.
Pocos actos han tenido tanta influencia en la música popular de la segunda mitad del siglo pasado (a la actualidad), como Kraftwerk. La innovación sonora y temática es difícil de sobreestimar: el sonido sintetizado, los retratos de futuros extraños, la novedad electrónica, las voces en vocoder, asentaron a la banda alemana como un espacio único en los años 60.
Pronto el público general y otros artistas comenzaron a comprender su grandeza, y ese sentimiento solo se expandiría con el desarrollo de su música. Tal es el caso de David Bowie, Duran Duran, Spandau Ballet, Pet Shop Boys, Depeche Mode, Joy Division, Aphex Twin, entre tantos otros que tomaron con inspiración de las obras de Kratfwerk.
El álbum Autobahn, lanzado en 1974, producido por Schneider y por el fundador de la banda Ralf Hütter, fue un éxito y expuso al mundo su sonido totalmente electrónico y futurista. Con la canción titular, que se extiende por 22 minutos, Kraftwerk crea un paisaje sonoro de una carretera interminable, sin límite de velocidad y que se maneja sola. Una adecuada metáfora para el trabajo de la banda.
En los años ochenta, el cuarteto ya había implantado su sonido en la estética popular de la época, y las bandas empezaron a sonar como ellos. Pero la improvisación de Kraftwerk nunca se detuvo, en Computer World, de 1981, ya anticipaban el desarrollo computacional y sus repercusiones en la sociedad. Lo comunicaron con temas como “Computer Love”, que con una sensación de repetición y letras mínimas, refleja la alienación tecnológica: “Another lonely night. Stare at the T.V screen”.
La planta de poder que lideró la escena de krautrock en los 60 y después, no podría haber sido lo mismo sin el papel de Florian. Con invenciones tecnológicas como el Robovox (escuchado por primera vez en 1991), que sintetizaba la voz en tiempo real, se entiende porque la banda de “pop-robot”, se considera como una de las más influyentes. En la actualidad no podemos pensar a la música popular sin encontrar en el trazo genealógico de los artistas de hoy, a Kraftwerk, a Hütter, y a Schneider. Su música nos dejó la visión de un futuro que anticipaban ver pero que nunca llegó. El legado de esta visión nos da la tarea de repensar nuestro desarrollo en el presente y sus consecuencias del mañana. El músico John Cale de The Velvet Underground, escribió en su canción “Sanities” de 1982: “All so that it would be a stronger world. A strong though loving world to die in”. Creemos que la frase está inspirada por el poder de la música de Kraftwek y el mundo que quiso dejar. Y que nos dejó. Que descanse Florian Schneider con quietud, en la interminable autobahn, y que en el trayecto, pueda ver las luces de neón. Su legado no se olvidará, porque ya es nuestro futuro.