Flock, de la psicodelia al rock con tintes pop para el baile extremo
Cuando tomas un respiro de todo lo que te rodea, tiendes a poner música que te ayude a superar tu día a día, tomas un café o tal vez un té, miras por la ventana el atardecer y escuchar los bellos cánticos de los pájaros que simplemente pasan por donde estas para darte amor y felicidad, y sin darte cuenta te han dado una idea, una letra, una acorde que se convierte en el material de tus sueños.
En Reino Unido es muy común tomar esos descansos para crear cosas, y justamente es el lugar de origen de Jane Louise Weaver, cantante y compositora que después de tomar el timón en dos proyectos, se dio cuenta que su creatividad experimentaba muchas vertientes si lo aplicaba ella sola, y así desde 2002 podemos deleitarnos con su trabajo que es una joya por donde le des play. Este 2021 regresa con un material lleno de introspección, dinamismo y sobre todo psicodelia: Flock (Fire Records) y es nuestro Extracto 909 de la semana.
Flock es el nuevo material de Weaver, con cortes pop-psicodélico, que en momentos se torna algo folk y rockero, pero sin dejar atrás la esencia de las raíces de sus primeras producciones. Y vaya, es un disco que según las propias palabras de Jane: “Siempre he querido hacer un material así”.
El cambio y diferencia en las paletas sonoras de este disco son muy llevaderas con el mood en que te encuentres, porque pasas de momentos de reflexión y llevan al punto cumbre: bailar sin parar.
El primer corte del disco es “Heartlow”, uno de los sencillos promocionales del disco, es una canción alegre, con mucha positividad y que suena delicada, es decir, tiene la característica de ser simple pero innovadora con atmósferas que van subiendo poco a poco y que al final desbordan una dulzura pop.
Le sigue, “The Revolution Of Super Visions”, un corte muy guitarrozo de inicio, con ese rock-pop constante hasta llegar al punto de un solo que electrifica el sentido de una revolución. Weaver se inspiró en una ideología de “ojos laser”, la cual nos hace ver que cuando alguien está molesto solo desencarna su sentimiento a través de guitarras fuertes, como en la canción.
“Stages Of Phases”, es posiblemente la rola más psicodélica del álbum. Al inicio nos hace recordar mucho a aquel primer material de Melody’s Echo Chamber, solo que la diferencia es más euforia: un glamour que nos deja sumergirnos en una idea, el poder viajar a través de la música.
Como todo buen corte, debe tener un espacio para desacelerar ideas, un puente que permita conectar una canción de otra, y justamente es el papel de “Lux”, rola que permite ese descanso para tomar la gasolina necesaria en un disco y seguir —ojo, sin caer en la exageración— con la misma intensidad.
Llega entonces la mitad del recorrido con “Modern Reputation”, un juego de sonidos que nos envuelven primero con la voz de Jane, que se torna eléctrica y constante, acompañada de sonidos perfectos para retomar el paso del disco, un rock-folk psicodélico poderoso.
Todo material necesita un nombre, y en ocasiones uno de los tracks es el encargado de darle nombre a dicho material, “Flock”, es esa rola. Desprende un pop amigable, baterías que no cesan e incluye una guitarra potente, todo ello bajo la dulzura de mezclas sonoras, que básicamente son la constante del disco.
El soul es un género muy bien reconocido en la industria y nunca está de más incluirlo en una producción. Jane Weaver lo hace con las últimas cuatro rolas de Flock: “Sunset Dreams”, que si lo comparamos a un platillo de comida, sería como sumergir el dedo en tu plato y adquirir sabores diferentes en una sola probada.
“All The Things You Do”, psicodélica y hermosa, tal vez en inicio sea un incitación a MGMT con combinaciones al Paul McCartney, no lo sabemos, pero puede llegar a sonar así; aunque también es el puente que acurruca “Pyramid Schemes”, un juego de guitarras y pop bailable perfecto para levantar el ánimo a toda costa.
Con esto ya desmenuzado, tenemos el final del material, “Solarised”, llena de sintetizadores que van subiendo poco a poco, es una introspección a un reflexión que acompaña la psicodelia que se necesita de vez en cuando para llegar a un punto de reflexión y dulzura, y es que vaya, es la constante en todo el disco.
Jane Weaver nos da una cátedra de sonidos, un ejemplo claro de que la música en tu cabeza y la inspiración de observar aves volando dan pie a crear cosas enormes como Flock.
