El “vendedor de asombros” se ha ido: muere Héctor Suárez a los 81 años de edad
La mañana de este, el actor Héctor Suárez Gomiz confirmó, a través de sus redes sociales, la muerte de su padre, el actor y comediante Héctor Suárez Hernández, a los 81 años de edad. El comunicado está firmado por su esposa Zara Calderón, sus hijos y sus nietos.
“Con profundo dolor, queremos compartir con ustedes el fallecimiento de Héctor Suárez Hernández. Para nosotros se va el papá, el abuelo, el hermano, el esposo y no la figura pública que merece todo el reconocimiento de la familia artística y los medios de comunicación”, escriben pidiendo a los medios de comunicación y a los seguidores de su padre den espacio a la familia para vivir el duelo.
Suárez debutó en la televisión en 1962, con la serie “Un hijo cayó del cielo” y en el cine en 1964 con la película Despedida de Soltera. A lo largo de su carrera interpretó a una enorme cantidad de personajes en la televisión, el cine y el teatro, algunos de estos son: Don Justo Verdad, La Señora Presidenta, El Flanagan y Doña Zoyla.
La crítica fue un rasgo definitorio de este gran personaje mexicano, y en esa crítica sustentaba su sátira, su comedia y es lo que le dio vida a todos esos personajes emblemáticos. El ser contestatario fue parte importantísima de su personalidad. En alguna ocasión dijo, para Newsweek en Español: “uno está harto del sistema mexicano, de la corrupción, de la impunidad, de la suciedad, de la cloaca gubernamental en la que vivimos, en donde todo el mundo vive de rodillas, callado, y no hay una cultura de reclamo en lo absoluto”.
Personalidades como Salvador Camarena, Sergio Sarmiento, Jenaro Villamil y Brozo, han manifestado su pésame en redes sociales honrando a quien fue un pionero en el mundo de la actuación y la comedia en nuestro país.
Recientemente el actor incursionaba en la plataforma TikTok, a la que llegó a subir un video característico de su estilo de comedia. Acerca de su trayectoria y cómo se definía dentro de ella solía decir que se consideraba un vendedor de asombros…