White Pony (Maverick Records, 2000) es un galope nocturno que se deja llevar por la agresividad de la pesadilla a la cual se adentra; un universo que inunda y libera el abismo dentro de uno. Repleto de ecos, sonidos disonantes y melodías desgarradoras, el tercer álbum de Deftones, a sus quince años, se mantiene como uno de los mejores discos de la banda. https://www.youtube.com/watch?v=WPpDyIJdasg

El cambio de milenio trajo consigo canciones mortíferas, intranquilas y lentas combinadas con explosiones que destruyen amplificadores cuando salió esta obra de Deftones. Producido por Terry Date (quien ya había trabajado con la banda anteriormente), el álbum alcanzó en su momento el tercer lugar de las listas Billboard y el Grammy, por la canción, “Elite”, de Mejor Actuación Metal en el 2001. Fue una progresión musical que además de llevar a la banda a uno de sus mejores momentos, tuvo colaboraciones con titanes musicales como Maynard James Keenan de Tool y Scott Weiland de Stone Temple y Velvet Revolver. En el álbum, trabajaron Chino Moreno (voz), Abe Cunningham (batería), Frank Delgado (tornamesa), Stephen Carpenter (guitarra) y Chi Cheng (bajo), ocho años antes de su trágico accidente.

Pero, después de todo este tiempo, ¿qué hace de este álbum tan particular? White Pony está repleto de instrumentos crudos, con movimientos que a pesar de estar ligados, parecen contrastantes, con súbitos cambios entre acordes, creando una disonancia armoniosa particular. Las canciones tienen una estructura compleja; y las letras, que si bien en su mayoría parecen cortas, con repeticiones, tienen significados múltiples e interesantes que dan para pensar siempre que son escuchadas las canciones. Por otra parte, la voz de Chino, pasada de lo melódico a lo gutural, de lastimosos gemidos a gritos desgarradores, con una técnica impresionante. El álbum tiene una atmósfera tan sobrenatural que sus canciones parecían acordes para incluirse en soundtracks como el de “Queen of the Damned” (el cual es mejor que la misma película).

https://www.youtube.com/watch?v=9tmPBuSpmfA

Como ya he mencionado antes, White Pony es un disco de contrastes. Tiene canciones tan atronadoras como “Street Carp”; “Korea”, que entre sus versos yace el título del álbum; y la galardonada “Elite”, que es agresiva, directa, con un desfile de ángulos y distorsión de sonidos. Por otro lado, hay canciones melancólicas y dulces como “Teenager”, que es un trip-hop/dream-pop tranquilo, con guitarras acústicas; “RX Queen”, en la que colabora Scott Weiland; y “Pink Maggit”, de la cual se desprende su spin-off de la reedición, “Back to School”, y es una canción lastimosa, repleta de gemidos y una atmósfera suave.

Pero las canciones que tienen un poco de todo, son indescriptibles e indispensables del álbum son: la clásica “Change (In the House Of Flies)”, sencillo metamórfico que delira entre suaves guitarras y sonidos atmosféricos; “Digital Bath”, que su letra psicópata se transforma en un eco bajo el agua y la electricidad melancólico; “Knife Party”, una progresión de cuerdas dulce y anémica que hace una metáfora entre los cuchillos y las jeringas; y, el clímax del álbum, “Passenger”, donde las voces de Chino y Maynard colisionan en una implorante y caótica atmósfera de sexo letal.

https://www.youtube.com/watch?v=sTPn4Jlrjb0

Como los gritos y ecos de la mente inconsciente, llena de miedos y emociones a flote, éste es un disco de dimensiones oscuras. White Pony se adentra en un éxtasis del inframundo lleno de sonidos del pasado y el futuro, donde fluye la mente como si se adentrará a aguas oscuras, donde el límite del horizonte y el mar no existe.

La canciones que conforman este álbum son: