Desde el más profundo sentimiento: 'some kind of peace' de Ólafur Arnalds
some kind of peace, el más bello regalo de Ólafur Arnalds.
"PIPPIN: I didn't think it would end this way.
GANDALF: End? No, the journey doesn't end here. Death is just another path, one that we all must take. The grey rain-curtain of this world rolls back, and all turns to silver glass, and then you see it.
PIPPIN: What? Gandalf? See what?
GANDALF: White shores, and beyond, a far green country under a swift sunrise.
PIPPIN: Well, that isn't so bad.
GANDALF: No. No, it isn't."
Nos solemos regir por márgenes de tiempo, ya sea el tedioso "9 a 5", los períodos fiscales, o el rutinario amanecer y anochecer como si todo funcionara única e inevitablemente de esa manera, con un principio y un final programados que deben cumplirse. Por eso mismo en el momento en que nos enfrentamos a la incertidumbre de situaciones que rompen este esquema, que aparecen de la nada y no parecen tener un fin, el pánico se apodera de nosotros y entramos en crisis. Justo en situaciones así es cuando la introspección y la meditación saca lo mejor de nosotros, nos aparta de todo aquello que es trivial y nos deja con nuestra mera esencia; este mismo es el caso de Ólafur Arnalds.
El multiinstrumentista islandés no es ningún ajeno a expresar su sentir y compartirlo a través del movimiento de sus dedos sobre las teclas del piano pero tras un álbum tan experimental como lo podría ser re:member (2018, Decca), decidió volver a lo que lo conecta con el mundo. some kind of peace (2020, Mercury KX) pasa de complicados arreglos, es una cálida cobija en una mañana fría, es una taza de bebida caliente en las manos de alguien cansado, es ese abrazo que te salva en un instante de flaqueza. Temas como la bellísima "Spiral" y "New Grass" remiten a aquel encantador Living Room Songs (2011, Erased Tapes), que se inspira en aquellas pequeñas vivencias que todos hemos experimentado, pero que solemos estar demasiado ocupados con cosas que en realidad no importan para valorarlas.
Por supuesto, como en los momentos de mayor vulnerabilidad personal, Ólafur se hace acompañar solo de tres personas cercanas a él. Para "Back to the Sky", el primer sencillo del álbum, se acercó a la señorita Jófríður Ákadóttir, compatriota de Ólafur, que ha sido admirada por este tanto por su participación en Samaris y en Pascal Pinon como por su labor solista; el tema se ve potenciado por ese tono gélido y añorante que distingue a las voces escandinavas, que además desgarra el corazón del escucha al versar hacia el infinito "Entonces, cuando las estrellas se alineen con algún tipo de paz, podría ser amado por ti", palabras que inevitablemente remiten al lastimero lamento de la señorita Nanna Bryndís Hilmarsdóttir, quien colaboró con Ólafur en el tema “Particles” del álbum Island Songs (2016, Mercury Classics).
Por otro lado es el británico Simon Green quien levanta la mano en el tema abridor "Loom", quizás el tema más animado que va ascendiendo de forma progresiva y que ayuda a despejar al escucha de todo aquello que le estorba, similar a cuando uno puede tomarse el tiempo de quedarse admirando quietamente un paisaje majestuoso, como los de la Islandia natal de Ólafur que inspiraron a los músicos. Y en última instancia es la señorita Josin quien presta su operística voz para el tema "The Bottom Line" donde el sonido del chelo es la guía para un tema que regresa al escucha del trance que le genera el álbum.
Con some kind of peace, Ólafur no apuesta por entregar el material más innovador de la música neoclásica. Se arriesga a ser él tal como la portada lo muestra. Nos deja conocerlo aunque sea un poco, y es así que consigue trascender y regalarnos un vistazo de algo hermoso.