Entrevista a Julio Aguilar sobre la pérdida de su maestro, colega de trabajo y amigo, Huberto Batis

Entrevista a Julio Aguilar sobre la pérdida de su maestro, colega de trabajo y amigo, Huberto Batis

El pasado 23 de agosto, se llevó a cabo una entrevista a uno de los grandes del periodismo, Julio Aguilar, quien actualmente trabaja como editor de cultura para el periódico ‘El Universal’. La entrevista tenía como finalidad conocer la estrecha relación de maestro-alumno, de colegas de trabajo y sobretodo de amistad, que tuvo con el gran periodista y ensayista, Huberto Batis, quien lamentablemente falleció hace dos días.

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Entrevista:

Entrevistador: “Cuéntanos tu experiencia con Huberto Batis, ¿Cómo era su relación?”

Julio Aguilar: “Comencé mi carrera con él, él era como un enlace entre la academia, la vida productiva por decirlo así, los periódicos, los medios de comunicación y la investigación periodística y literaria. Así yo lo conocí, él fue mi maestro en la Facultad de Letras y Literatura Hispánicas en la UNAM y como vio que yo tenía inquietudes editoriales, pues me invitó a ser parte de su equipo en la editorial ‘El Suplemento Sábado’ en los años 90’s. Yo acepté con mucho gusto y así ingresé a ‘El Suplemento Sábado’ y comencé a aprender no nada más ediciones sino también periodismo; yo me formé en letras pero fue ahí donde comencé a formarme como periodista en la redacción con la guía de Batis.

Entrevistador: “Cuál fue el mejor consejo que te dio Batis y que transmitirías a los jóvenes escritores de nuestra generación?”

Julio Aguilar: “Híjole pues muchos no, pero te lo puedo simplificar diciendo que siempre hay que hacer las cosas bien, suena tal vez a que es una tontería, digamos una obviedad, pero no, la gente no hace las cosas bien, hay que hacerlas con rigor, hay que hacerlas con pasión y hay que formarse lo mejor posible para hacerlo bien. Si no lo vas a hacer bien, mejor no lo hagas, mejor no te dediques a eso, él era a veces hiriente cuando veía que una persona no ponía la pasión o no ponía el tesón en hacerlo y decía ‘sabes que, mejor dedícate a hacer otra cosa’. Y no nada más era hablado,  era demostrado, él era un hombre que trabajaba las 24 horas que estaba en lo suyo y en lo de todos y pues también eso es algo que nos enseñó a todos sus alumnos, a trabajar de manera intensa y yo creo que unos más y otros menos lo hemos conseguido”.

Entrevistador: “Si tuvieras que elegir una de sus publicaciones, ¿cuál dirías que es tu favorita?

Julio Aguilar: “Pues él era un hombre memorioso que escribía las cosas con mucho sabor, uno de sus libros fundamentales es “Lo que Cuadernos del viento nos dejó”, es un libro que resume todo el quehacer de una generación a partir de una publicación y tiene el espíritu de una época de los años 50’s-60’s, que es muy importante y fue parte de su generación, como Juan García Ponce, Juan José Gurrola, en fin, toda esa generación. También hay otro libro que es muy interesante para la gente que está dedicada a las letras y a la literatura y que quiere aprender de eso, no necesariamente tienen que ser profesionales, se llama “Por sus comas los conoceréis”, es una recopilación que él hace del trabajo de sus colaboradores, donde también él escribe y cuenta la historia de este “Suplemento Sábado” que es muy importante para entender la literatura del siglo pasado.”

Entrevistador: “Podrías por favor explicarnos cuál es la importancia del “Suplemento Sábado” del que haces mención”

Julio Aguilar: “Suplemento Sábado es fundamental, es un semillero, una cantera de talentos, Batis fue uno de sus editores, en la primera época fue ni más ni menos que Fernando Benitez, el otro gran editor de la segunda mitad del siglo XX que fue maestro de Batis y en ese Sumplemento pues se formó gente y empezó a publicar gente como Enrique Serna, como Guillermo Sheridan, Guillermo Fadanelli. Fue un Suplemento que se abrió a las diferentes artes, que fue editado en un México que era otro, un México mojigato, un México muy conservador, en donde costaba mucho trabajo ver, entender y digerir; desnudos, por ejemplo, expresiones artísticas digamos. Me refiero a expresiones artísticas eróticas y expresiones literarias de otro tipo que hoy se le conoce como ‘Contracultura’ y que cuestionaban los valores de la sociedad conservadora mexicana de entonces de diferentes formas y que era muy molesto para las llamadas ‘buenas conciencias’. Este Sumplemento abrió mucho camino para muchas cosas, desde la percepción del arte en publicaciones periódicas hasta por ejemplo, la forma en que se abordó la crisis del Sida y muchos colaboradores del Supplemento contrajeron  el virus y ahí mismo fue donde se hacían las reflexiones del día a día de entender qué era eso y decir que era una enfermedad, que no era una maldición. Se abría ese espacio en donde todo mundo rechazaba hablar de eso antes, los tabúes, por ejemplo también abrió el espacio para las tendencias feministas. Las feministas de esas décadas allí tuvieron también su tribuna para expresarse, cosas que hoy resultan de lo más familiares, pues ahí se empezaron a explicar y pues mucha gente que no quería o no aceptaba cuestiones como de la libertad de la mujer, el aborto, en fin, ahí se ponía a debate y esas cosas le llegaban al público que compraba el periódico, no tenías que comprar una publicación especializada para enterarte de eso y que además estaban escritas por gente muy seria que trataba de llegar a un público común y corriente”.

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Entrevistador: “Como sabemos a Batis se le recuerda también por su gran humor, ¿Alguna anécdota que nos quieras compartir?”

Julio Aguilar: “Híjole, ¿Que difícil no?, porque son tantas cosas que… (Pensativo hace una pausa) Por ejemplo él era un editor temible, también es muy conocido porque era iracundo, no toleraba el ser malhecho y el ser tonto, eso lo sabía la gente que quería colaborar con él y pues ponía a la gente muy nerviosa. Por ejemplo, lo que pasó fue que Roberto Bolaño, el mismísimo Roberto Bolaño, se acabó una cajetilla de cigarros dando vueltas alrededor de la oficina de Batis antes de que se animara a entrar a darle unos poemas porque él estaba muy nervioso y no sabía qué iba a ocurrir. Entonces ¡Imagínate nada más! Gente de ese calibre y pues era muy temible la crítica que pudiera hacer Batis a un trabajo literario, periodístico. Ese tipo de cosas yo las vi mucho, gente como él (Roberto Bolaño), gente que tenía entonces ya nombre en la academia o en la cultura, llegaban estrujando las hojitas esperando a ver cuál era la reacción de Batis el dictamen, la prueba de fuego, la lectura de él. ¡Entonces era como estar pasando exámenes! Gente que ya tenía doctorado, en fin, porque los agarraba desde la falta gramatical hasta un planteamiento mal hecho. Era muy divertido digamos, ver eso, muy interesante, entonces siempre estaba llena de anécdotas la oficina de Batis.

Entrevistador: “Que significó pasar de alumno a ser el editor de Batis?”

Julio Aguilar: “¡Uy! Me doy la oportunidad de recordarlo y de darle las gracias porque fue un privilegio para mí esto que estás diciendo, después de haber aprendido con él lo básico del oficio y haberme hecho ahí con él. El haber sido su editor en los últimos años de su vida, me dio una satisfacción muy grande, de alguna forma fue como retribuir el espacio, en fin. Por supuesto que lo hice con mucho gusto y era también una forma de animarlo porque ya los últimos años eran difíciles, estaba muy enfermo, estaba desanimado y siempre fue un hombre muy vital entonces pues siempre te pone muy mal cuando ya no estás al cien de tus capacidades físicas, y entonces era la forma de mantenerlo vivo y de conectarlo con sus lectores. Esa es una de las grandes satisfacciones que me quedan, el haber retribuido a mi maestro, que es algo que luego a la gente se le olvida ¿No? Lo que es el agradecimiento”

Entrevistador: “Muchísimas gracias por su tiempo, muy amable por regalarnos estos minutos para hablar sobre su amigo, colega de trabajo y maestro”.

Julio Aguilar: “Al contrario, muchísimas gracias a ustedes”.

 

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