Entre marimbas y disfraces se inaugura el AIFA
Fotos: Sebastián Erdmenger
Una vida política ha pasado entre esos días en los que el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, convocó a una consulta popular para determinar qué pasaría con las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ubicado en Texcoco. Hoy el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles es una realidad.
Con menos del 1% de la participación, la consulta mostró que la mayoría participante deseaba cancelar la obra e iniciar una nueva en la base aérea militar de Santa Lucía. Organizada fuera de cualquier marco legal existente al momento, la consulta fue tomada como vinculante por quien, unas semanas más tarde, asumiría el cargo de presidente de México.
Han pasado poco más de tres años desde esa consulta popular, y poco más de dos años (17 de octubre de 2019) cuando arrancaron los trabajos de construcción. Ayer, 21 de marzo del 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Un conjunto de orquestas y filarmónicas infantiles de todo el país fueron las responsables de marcar el compás sonoro de un evento que tenía tintes de mitin político.
La jornada comenzó temprano. El presidente López Obrador salió de Palacio Nacional cerca de las cinco de la mañana. La prensa salió antes, fue citada en las instalaciones del AIFA a las 4:30 am. Filas en autos, acreditaciones, un sinnúmero de filtros para acceder al complejo de la Base Aérea Militar de Santa Lucía. Filtros que eran una sesión de presentación entre elementos militares y la prensa.
La larga espera para los compañeros de los medios de comunicación fue aligerada con un desayuno ofrecido por la Secretaría de la Defensa Nacional, que trasladó a reporteros y camarógrafos a la terminal aérea en autobuses del Ejército. A diferencia de las vías de acceso al actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, las calles de acceso del complejo son amplias, dan la sensación de estar llegando a un aeropuerto importante, de primer nivel.
El edificio terminal es grande, pero no demasiado. La belleza arquitectónica dividirá opiniones. Hay quienes lo consideren un edificio estéticamente bellísimo, con enormes paredes de cristal, techos altos y amplios pasillos. Hay quienes consideren que esos techos que asemejan a la lámina, los acabados sin terminar y las paredes de tablaroca son solo algunos elementos que también sobresalen en el AIFA. Cuestión de gustos.
Afuera, en la zona de mostradores de las aerolíneas, cientos de seguidores de la llamada Cuarta Transformación enarbolaban el clásico “es un honor estar con Obrador”, mientras que otros más entusiastas disfrazados de Brozo, Carlos Loret de Mola y Carmen Aristegui satirizaban a los medios de comunicación, a la par de apoyar la revocación de mandato del próximo 10 de abril.
Ya adentro, en la zona de los filtros de seguridad, la ceremonia estaba lista para arrancar. El clamor popular visto en la zona de documentación de las aerolíneas no se perdió tras los filtros de seguridad, donde una pléyade de la clásica política y empresarial de México se reunió para celebrar el evento.
En su festejo, el presidente optó por no hablar para evitar aún más confrontaciones con el INE por la veda electoral que se mantiene vigente a días de la consulta popular para la revocación del mandato. El encargado de hablar fueron Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, comandante del Agrupamiento de Ingenieros Felipe Ángeles, encargado de la construcción del aeropuerto. Él le cedió la palabra, y el proyecto, a Isidoro Pastor Román, el militar que se desempeñará como director general de la empresa que controlará el AIFA.
El turno de la voz llegó para el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, quien felicitó al presidente López Obrador por concluir en tiempo y forma el proyecto, siempre alineado a los principios de austeridad republicana. La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, recordó el fallido proyecto de Texcoco y cerró su intervención espetando que los adversarios disfrutarán del AIFA, “aún cuando lo hagan en silencio”. Cerró el tridente estatal el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, quien recordó los añejos esfuerzos para que el nuevo aeropuerto capitalino estuviera ubicado en Hidalgo. “Quedó a las puertas de nuestro estado”, se lamentó con alegría.
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