Por Araceli Téllez Trejo
Si te interesa un libro que transite de los besos a las balas con una naturalidad y agilidad magistral, Cinco esquinas, de Mario Vargas Llosa, es una buena opción.
Esta novela breve comienza con un encuentro erótico casual entre dos amigas de toda la vida que descubren una faceta “dormida” de su sexualidad, donde lo inusual las lleva incluso a pensar si fue sólo un sueño o sucedió en realidad.
Mientras la esposa experimenta un entusiasmo frente a aquella novedad, su marido vive el polo opuesto, ya que enfrenta un chantaje por una noche de arrebato sexual ya olvidada.
Aparece en escena un editor-extorsionador de un diario amarillista, quien vive de “enfangar” la vida de artistas o políticos, según sean sus motivaciones, las cuales responden a rencillas y rencores, o bien hace servicios especiales para la mano derecha del dictador peruano de esa época, su protector y verdugo, el misterioso doctor (Vladimiro Montesinos); que puede utilizar cualquier medio cuando se trata de destrozar a los enemigos del régimen; el mismo que mandaría eliminar a quien sea, si quien se viera amenazado fuera un aliado.
Vargas Llosa consigue que el lector no pueda desprenderse del texto, con sus historias que atrapan y su manera de contarlas, que expone el panorama político de un periodo del Perú, y el rostro conservador y frívolo de la clase alta limeña; nos muestra de una manera franca el juego de lo público y lo privado; la imagen de la moral conservadora basada en “el qué dirán”, el peso de los chismes sin distinción de clase.
El vertiginoso ritmo de lo que vive un personaje amenazado, contrasta con las historia paralela de amor y erotismo sin límites ni prejuicios que vive su esposa. Aquí no hay personaje que sobre ni historia que falte.
En Cinco esquinas confluyen, por distintas razones y circunstancias, personajes vivos y muertos.
La presentación de esta novela en Madrid dio comienzo a una serie de homenajes y celebraciones por los 80 años de vida de Mario Vargas Llosa. Quizá valga la pena exclamar: ¡Larga vida a la buena literatura!
Cinco esquinas
Mario Vargas Llosa
Alfaguara