[publimetro] De vochos y peseros, movilidad en la CDMX

  Adán Plata, colaborador de Ibero 90.9

@adanplant

¿Qué está pasando en mi ciudad? Es la pregunta que nos hacemos día con día todos los capitalinos cuando vemos, escuchamos y leemos en cualquier medio de comunicación que hay contingencia ambiental; del por qué vuelve esa palabra que renace de las tumbas de las décadas pasadas y que a los que pertenecemos a la generación del chamoy, del Miguelito y del Boing de triangulito no nos es tan ajena.

A partir de la segunda mitad de 1980 comenzaron a aterrizar todos los esfuerzos aislados que desde los años sesenta se estaban realizando para medir y mejorar la calidad del aire que respiramos en el Valle de México. El tan odiado en nuestros días Hoy No Circula nace con un carácter voluntario y termina siendo una estructura anquilosada e ineficiente de esas que abundan en la administración pública de nuestro querido país. Los altos índices de contaminación a los que hemos llegado en estos primeros tres meses del año son parte de las consecuencias tangibles de más de 30 de años de medidas mal planeadas, mal implementadas y de poner por delante los intereses de unos pocos. Se siguen inaugurando con bombo y platillo obras magnas de infraestructura urbana, mal hechas, plagadas de irregularidades en sus respectivas construcciones (cof, cof segundos pisos) que benefician a menos del 20% de la población del Valle de México.

¿Por qué siguen circulando transportes públicos salidos del universo de Mad Max recordándonos que si el mundo no se acabó en el año 2000 seguimos en peligro de extinción? El problema de la movilidad tiene muchísimas aristas, empecemos, como decía mi abuelo, por el principio: ¿A quién le echamos la bolita? Primero a la gran mayoría de nosotros que por pensamiento, palabra, obra u omisión hemos sido partícipes de este problema, prediquemos con el ejemplo y exijamos a estos personajes que se hacen llamar representantes de nuestros intereses a mejorar las condiciones del transporte público, a mi tampoco me gusta que me asalten en la combi o que me chiflen en el Metro, pero me gusta menos la idea de no poder salir sin bloqueador solar ni tanque de aire, menos segundos pisos y más líneas de Metro, Metrobús, suburbanos, ciclovías, etc. Basta de darle mordida al señor del Verificentro, hagamos transparentes las finanzas de las empresas concesionarias de transporte público que viven solapadas por su clientelismo político.

Repliquemos, creemos y adaptemos los modelos comprobados de movilidad urbana y subamos a la agenda política nacional este debate, seamos una ciudadanía madura y activa porque si dejamos la resolución de este problema sólo a los funcionarios públicos podrán pasar otros 30 años de omisiones. La movilidad va más allá de juicios de valor y convicciones políticas, la contaminación y sus estragos a la salud no saben de ideologías ni de carteras.

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