Texto creado para el Editatón #50Horas de Wikipedia, el domingo 28 de septiembre de 2014 en el Museo Soumaya.
Mesa Redonda: sector cultural y recursos digitales en México.
Editatón Soumaya Abierto
Wikipedia #50Horas
Museo Soumaya
El Museo y su personalidad
Por: Agustín Peña
Agradecimientos: Cármen Alcázar, Iván Martínez, Alfonso Miranda, Pablo Aburto, Jorge Martínez y todo el equipo del Museo Soumaya y de Wikipedia México.
Desde Ibero 90.9 y la Universidad Iberoamericana va nuestra gratitud por tomarnos en cuenta y por dejarnos expresar nuestro sentir.
Hemos luchado contra varios estereotipos, como el ‘chico Ibero’, el ‘chico fresa’, incluso “el académico”, quedó claro en 2012 que no somos ‘porros’. Afortunadamente en ese proceso, que continúa, hemos revertido algunos de estos estereotipos. Ibero 90.9 es la estación de radio de la Ibero, es decir, una estación permisionada dentro de una universidad privada. Al inicio nuestra denominación era estación-universitaria-permisionada-experimental, era un formato único, no existía otra entidad de comunicación con esa definición, ahora somos medio social, con la nueva ley de telecomunicaciones, pero el haber tenido el término ‘experimental’ en nuestra identidad nos permitía y exigía hacerle justicia. Nos asumimos como una estación de servicio público y por ende nos interesa lo que ocurre en los ámbitos de la cultura, la sociedad, el arte, la política y, evidentemente, la música y todo aquello que corresponde a un comportamiento natural del joven mexicano contemporáneo involucrado con su entorno y su cultura. En nuestros factores de identidad reconocemos a un público heterogéneo, con curiosidad intelectual, apertura a nuevas propuestas temáticas, necesidad de aprendizaje, y que está de acuerdo en un cambio progresivo, del país, de sí mismo, y del medio. Ese es nuestro ideal, pero hay de todo en el campo personal de nuestros radioescuchas. Eso significaría que nuestro receptor acepta que la estación de radio cambie constantemente, de este modo ni público ni radio nos estancamos en la generación de contenidos y evolucionamos con el imaginario colectivo, ese es uno de nuestros mayores logros, tener de una forma medible ese cambio, esa adaptabilidad. No nos medimos por audiencia sino por cambio, somos un puntero, según otros medios, de evolución temática. Sé que suena grandilocuente pero más adelante elaboro sobre ese aspecto evolutivo.
Volviendo a los estereotipos, reconozcamos que una de las principales barreras que se tiene por parte de las instancias culturales, incluyendo los museos, son precisamente esos términos: ‘académico’, ’cultural’, ‘museo’, pareciera que esos términos son enemigos de la juventud o de la sociedad toda, o de los medios. James Durston de CNN posteó en 2013 el porqué odia a los museos como estos grandes recintos llenos de laberintos y espacios que separan con vitrinas objetos que para alguien poseen belleza, historia, o sentido de identidad. Él es un personaje que se la pasa viajando por todo el mundo y visitando los museos de cualquier lugar donde va, resulta chocante pero revelador ese comentario. Ana Garduño publicó en Milenio un ensayo sobre 'Qué hacer con los museos', y relata la situación socioeconómica y política de nuestro país en la época en que se construyeron los grandes museos de México. Que este año cumplen décadas, unos 50, otros 80. Interesante artículo que se pregunta sobre su responsabilidad, sus funciones, sus objetivos, e incluso su pertinencia de los museos. Otra voz, a la que sí le creo es Avelina Lésper, quien ha documentado, sobre todo, los fraudes del arte contemporáneo. Tomo estos tres casos, muy distintos entre sí, para ilustrar dónde estamos parados, por que hablan sobre qué es lo que se piensa desde los medios acerca del arte, y de las instancias culturales.
Lo cierto es que los museos se han replanteado sus funciones desde hace unos 20 años. Hicimos un programa de radio sobre The Chronicle Of Higher Education que publicó hace unos años un ensayo donde se cuestionaba el devenir del museo como recinto, un mero edificio, o una entidad con personalidad y trascendencia; y sobre cómo los funcionarios, empleados, artistas, staff y voluntarios tendrían que capacitarse en las distintas áreas, no únicamente su especialidad, sea curaduría, administración, o marketing; sino en todas las áreas, porque se reconoce que hay cruces y caminos que pueden facilitar, fortalecer y consolidar la labor de todo el conjunto. Hay que señalar que esa publicación no considera si los trabajadores de los museos están adscritos o no a un sindicato, como es el caso de una buena parte de las instancias culturales de nuestro país, con lo cual no estamos en contra. A raíz de esa publicación se desprendió un tema para el Congreso Internacional de Museos de la Universidad Iberoamericana, en la edición de 2009 se propusieron enfatizar la Diversidad Cultural y el Desarrollo Sustentable. El haberme ido unos años atrás tiene un sentido: vean que atrasados estamos porque lo que se discutió en ese congreso no se ha puesto en práctica, o al menos no de una manera consiente, programada, asertiva y comunicada. Por ello traje a cuento los artículos periodísticos, porque el discurso y la reflexión no alcanza, incluso en años, a la opinión, o la cultura popular, es obligación del periodista estar actualizado en la crítica, eso también lo lleva a evolucionar e incluso a cambiar de opinión, que se vale.
El Museo ¿es un lugar o un mito?, es decir ¿debe generarse su propio mundo para habitar?. ¿Debe el museo ser únicamente el receptáculo de colecciones de arte, de historia, de ejemplares disecados, pergaminos, momias y demás? o ¿Debe el museo construirse una ideología personalizada que se pueda transmitir para generar empatía con un público que tiene que decidirse entre la visita al propio museo, el cine, el teatro y demás ofertas culturales de este país? O quedarse en casa a ver telenovelas, ahí es donde cabe pensar en la posibilidad del museo en generarse una personalidad.
En esa misma publicación surgió un artículo sobre las necesidades del artista como su propio agente, y planteaba la obligación de los creadores de hacerse publicidad y darse a conocer por su propia cuenta, en momentos cuando apenas surgían las redes sociales, los blogs, y este gran fenómeno de la autopublicación. Así el artista y las instituciones encontraron en esa vía una posibilidad de llegar a más públicos, incluso aquellos que no tienen la posibilidad de comprar su obra, o visitar la colección, y que en otra época, ni siquiera tendrían porqué saber de su existencia.
Hay que entender las posibilidades que nos ofrece la red, esta manera posthumanista de extender la fisicalidad, el conocimiento, la exploración, la sensibilidad, el saber… La asociación con Wikipedia tiene esa ventaja, se están posteando artículos sobre este museo y sus piezas que antes no existían, y están desde ya disponibles a billones de usuarios alrededor del mundo. El saber en el momento que está ocurriendo tal cosa, tal desastre, tal tragedia; y también los logros, las competencias, las exhibiciones, y este tipo de actividades, esa es la gran ventaja para la sociedad y para un museo.
#Notoqué desde el sexenio pasado se hizo un esfuerzo en el ámbito cultural por centralizar todas las gestiones del rubro, en oficinas que analizaban, autorizaban y guiaban, por utilizar términos positivos, todo lo que de comunicación y de imagen salía de un museo. En este sexenio ese control se ha fortalecido y vemos como los logotipos, los avatares, las páginas web, las aplicaciones, los comunicados, los flyers y pósters tienen una imagen unificada, más limpia, minimalista, elegante. Habrá que elaborar y analizar más a fondo sobre este fenómeno para ver si es funcional y deja en buen lugar a las instancias culturales, lo cierto es que podría minar esa búsqueda de personalidad, esa construcción de mitología que decíamos antes. Y aquí, es donde radica el siguiente reto para la cultura en nuestro país. Para que no se incida, controle, o frene la producción, en la generación de sentido, de obra, en las curadurías, en los contenidos, y con los artistas.
Me remito al pasado nuevamente para decir que uno de los principales curadores del país, y académico de la Ibero, decía que nuestra estación adolecía de conocimientos sobre arte, se me quedó grabado porque soy quizá la voz más autorizada de la estación para hablar de temas de arte y no sé un comino. Puedo decir que sé algo pero que la manera de comunicarlo no es, ni ha sido institucional, simple y sencillamente por que no me ha dado la gana, parafraseando al gran Julio Anguita. Veo la cultura como algo normal, cotidiano, habitual, necesario, no como algo que se tiene que inocular de modo involuntario a un receptor pasivo, y sin opinión.
Sigo con Anguita y me remito al significado de cultura: La palabra cultura viene de cultivo, hay que cultivar el comportamiento, y en el comportamiento está la apreciación, de la vida, de los problemas, de las posibilidades y también de la belleza.
Quiero decir que la función del museo no es producir bienestar, ese bienestar inmediato, hay que ver qué filas se hacen en el Tamayo estos días para tomarse una selfie en la exhibición de Yayoi Kusama, que está bien, pero hay que mover a la gente con otro objetivo, mejor dicho, la gente tendría que ir movida por el objetivo primario de la exhibición. Casi como si en ese museo se pueda conseguir el nuevo iPhone 6 Plus. Eso no quita que sea la exhibición más importante al día.
Sumo el hecho que, según versión de varios conocidos, pasan meses, incluso años, sin que las instancias culturales paguen lo que deben por servicios especializados, ustedes saben quienes son. Eso va, incluso, en contra de la declaración de los derechos humanos, por no decir la propia ley imperante en nuestro gobierno.
Otra académica de la Ibero nos elogiaba porque nos hemos convertido en agentes culturales del país, incidiendo, opinando y sobre todo impulsando todo tipo de manifestación cultural. Desde el festival de arte más importante de México a los eventos de mercado del arte, galerías, subastas; y en el proceso dar a conocer incontables artistas de artes plásticas, dramáticas, editoriales, performáticas, electrónicas, disidentes, etc. Incluyendo becas, cursos, talleres y un montón de posibilidades de carácter, incluso, gratuitas.
Hace 12 años cuando quisimos configurar la barra programática de la estación, es decir la oferta de programas, no nos preguntamos sobre lo que hacen otros medios, sino lo que no hacen; para mejor entender, qué no había en otras estaciones, y la cultura surgió como un tema más que evidente, y posible. Decidimos no copiar, sino concienciar, movilizar, pensar por nuestra cuenta para convencer, o incluso perturbar a los demás. Programas culturales, incluso medios y canales que hablan sobre arte existían y existen hoy, pero no progresaban con este asunto de generar empatía. Por mucho que nos gustaran ‘rincones literarios con…’ o ‘hablemos de arte’ o ‘arte a la carta’, nos parecía que la comunicación en esos temas debía cambiar, y hablar de ello como algo natural, cotidiano, incluso familiar. Nos pareció singular, y hasta extraño que otros comunicadores, algunos de mucho renombre, nos mandaran mensajes de aprobación por nuestros contenidos, y nuestro lenguaje.
Desde un inicio, en 2003, lanzamos la página: Ibero909.fm con los respectivos sistemas de reproducción de nuestra señal para que se adapte al tipo de computadora que abre la página, y poco a poco hemos incluído artículos, galerías de fotos, y demás, hasta el momento en que se nos permitió comercializar esa parte. Estoy muy consciente que no es la mejor página ni el mejor diseño, también hemos padecido en esa parte, pero estamos trabajando en hacer de ello un mejor modelo. Apenas llegaron los smartphones lanzamos la aplicación, disponible en sistemas iOS, Blackberry y Android. Abrimos un canal de iTunes en la sección de College Radio y muchos otros medios digitales decidieron espejear nuestra señal e incluirla en blogs, páginas web, directorios o como sonido de fondo. De modo que en el FM sonamos en la Ciudad de México, también algunas partes de Querétaro, Puebla, y Morelos. En la red, en cualquier lugar donde haya una conexión, es claro, y nos sorprende saber de dónde se conectan para escuchar la señal. Es lógico que sea Los Ángeles, Buenos Aires o Madrid, quizá por el lenguaje; pero nos sorprende que nos escuchen, y varias horas, de lugares como Tehrán, Moscú, Reikiavik o Edinburgo. Pero se siente bien. Hay que añadir que también ya transmitimos en sistema de radio digital, casi desde que se planteó la reforma hace unos años, para estar a la par de los avances tecnológicos, pero hasta la fecha no hemos registrado ningún radioescucha por ese método.
Ahora, además de nuestra App, tenemos Youtube, Twitter, Facebook, Vine, Instagram, Snapchat, Skype, Relay, Telegram, Pinterest, Goodreads, Timehop, Vent, Repost, Foursquare, VSCO Cam, Glitch, Pages, Spotify, Soundtracking, Whyd, Shazam, Audible, Notegraphy, Hyperlapse, IFTTT, Swarm, Circa y más… Me da un poco de lástima la pasividad y la apatía, la inmovilidad y el retraso que genera el estar pegado, conectado y respondiente a tantos y tantos mensajes que llegan por redes sociales, pero hay que hacerlo, es el único espacio que tiene el radioescucha, o el espectador, de comunicación horizontal, sin intermediarios.
Digo que me da lástima porque no concibo que alguien esté pegado al twitter de un museo sin siquiera tener la disposición de acudir a la exhibición. Y digo que es necesario porque quien ya fue y le pareció buena o mala la exhibición, tiene una perspectiva del trabajo hecho ahí.
Sí, en nuestra nómina, apenas hace dos años, tenemos una persona encargada de redes sociales, la página y aplicaciones. Los nuevos puestos de esta década, hace dos años eran los de servicio social, hoy son profesionales.
Quiero sumar que el aspecto tecnológico es fundamental para nuestra génesis. Ingenieros de la Ibero desarrollaron un sistema que permite encapsular la señal para evitar que se contamine con las señales de las estaciones vecinas, o que nuestra señal no empañe las mismas. Con ello se patenta un sistema, que si bien no se puede enajenar por el estado tampoco se puede comercializar, es decir, es un sistema de transmisión único en el país y en el mundo. Esto ha sido de ayuda para que otras estaciones o sistemas de comunicación investiguen y profundicen en las posibilidades de sus propios métodos. Hemos capacitado y asesorado estaciones de radio en Chiapas, Hidalgo, Oaxaca, Morelos, Nuevo León, algunas internacionales en Perú y Argentina; y de la propia Ciudad de México como Código CDMX, UAM Radio, y más recientemente el sistema de Faros. Al aspecto tecnológico hay que añadirle el ecológico, un 30% de nuestra energía es sustentado por un sistema de celdas solares por lo que, en su momento, fuimos la única estación de radio en el mundo en utilizar un sistema autosustentable de energía solar. Hemos recibido reportes de otras estaciones que han incorporado este sistema.
Y tenemos la mitología de la Radio Internacional de Pocajú, cuyo producto interno bruto y economía está basada en la comercialización de esmeraldas y demás piedras preciosas, que su estación de radio está sustentada energéticamente por el frenético movimiento de 50 ardillas en continuo andar por bandas elípticas, capaces de generar la energía suficiente para mantenerla funcionando las 24hrs los 365 días del año, y acumulan energía por si alguna de ellas es solicitada por el sindicato o fallece, cabe señalar que en toda la península no se usa ningún tipo de energía fósil, toda la energía es producida mediante un sistema cinético, sea animal o humano.
Hay que decir que hemos corrido con mucha suerte, a la gente le ha gustado nuestra estación, si bien no competimos con los grandes muy grandes de la radiofonía, algunas cadenas se han robado, literalmente, a nuestros colaboradores, lo cual nos orgullece. No competimos con los grandes, pero sí hemos generado un público que nos sigue y nos favorece. Muchos de ellos, forman parte de la red de tomadores de decisión del país. Regreso al punto del público heterogéneo, y con curiosidad intelectual.
No puedo continuar sin aclarar que la estación funciona bajo un modelo de colaboración voluntaria. Esto es: en su mayoría tenemos alumnos de la propia Ibero, aunque de otras universidades que ven la estación como un medio para hacer prácticas. También contamos con académicos de la UIA y de otros lados; y profesionales que ven esta estación como una plataforma de expresión libre y responsable. Actualmente somos alrededor de 120 personas de todos los ámbitos que colaboramos apasionadamente, hemos llegado a ser hasta casi 300; y con ello nos parecemos al modelo de colaboración de Wikipedia. Sumando a la fecha, casi 5 mil colaboradores, en nuestra historia.
Ibero 90.9 es una estación de séxtuple morfología, prácticamente cualquier estación, pero es algo que hay que tener claro y asumirlo:
- Un canal de comunicación independiente y de servicio público que no vende sus espacios al aire bajo ningún compromiso, habla de sociedad.
- Un modelo de difusión de la cultura, entendida como ese cúmulo de comportamientos de una sociedad.
- Un lenguaje, al utilizar nuestra identidad como una posibilidad de comunicación. Como una ideología.
- Una tecnología. Sea en FM, digital o web. En su señal, las celdas solares, su sistema de transmisión.
- Una entidad formativa. Capacitamos a los voluntarios en la producción, operación, investigación, locución, promoción y programación de la estación.
- Somos un grupo de ayuda. Nuestros colaboradores, en su mayoría, son por sí mismos un grupo de resiliencia.
Somos ONAIR, ONLINE, ONSITE Y ONROAD.
En Ibero 90.9 actualmente tenemos un mínimo de 16 horas semanales dedicados a algún aspecto de la cultura, me parece una buena suma. Hace unos años en un encuentro de periodismo cultural, los colegas se quejaban de la reducción de espacios. Uno de ellos decía que tenía un noticiero cultural de una hora, y le redujeron el espacio a 5 minutos, por supuesto es lamentable, pero hay que cuestionar qué hizo o no hizo este comunicador para tener semejante reducción. Otro decía que tenía un suplemento en un diario, y su espacio se redujo a media plana en dicha publicación. Lo mismo, ¿qué no habrá hecho para tener ese castigo? Casi se están reduciendo a ser los inútiles de los medios. Y el arte es inútil, no sirve de nada, sólo sirve para engrandecer el espíritu, si es que existe, pero cómo nos construye.
Si tuviéramos sólo un minuto en Ibero 90.9 para hablar de cultura, es mi obligación hacer que ese minuto sea el mejor minuto del día. Que sea placentero, provocador, perturbador también, revolucionario en el sentido más puro de la palabra. Porque los programas de Ibero 90.9 están pensados para pasarla bien, para relajarse, para descubrir música, y también, para hacer pensar, para enfrentarse a la verdad con posibilidades de solución, la verdad entendida como esos momentos donde nuestro pensamiento se ve amenazado, corrompido, cuestionado, o peor aún, dirigido.
Claro, justificamos nuestros errores diciendo que antes las cosas estaban peor.
Con Wikipedia tenemos un programa llamado #Moebius909 que dirigen Cármen Alcázar e Iván Martínez, que es apoyado por nuestra locutora Almendra Hernández. Hasta donde sabemos es el único programa en el mundo con la característica de usar Wikipedia como fuente de información y plataforma, y además un pretexto para hablar de cosas que les gustan, atraen, provocan, desconocían e incluso molestan. Se transmite los sábados a las 8:30 de la mañana y próximamente formarán parte de una de las barras programáticas de mayor audiencia en nuestra estación. No digo cuando, sino que estén pendientes.
(Y también que no les perdono que vayan a sustituir un programa con el cual estaba yo muy feliz).
Yo hablo así, uniendo temas, conectando temas como se hace en Moebius, conectando implicaciones para atisbar, otear el entorno. Me gusta su lema: conectando el mundo a través de Wikipedia, y de museos.
La vida digital comienza con actos simples como mandar un sms, email o descargar una canción. La vida virtual comienza cuando elegimos una identidad que enfatiza, complementa o, como sucede muy cotidianamente, contradice nuestra personalidad. Entre vida digital y vida virtual se nos pueden ir algunos detallitos, como aprovechar el estar hiperconectados para extender las posibilidades sensoriales, cognitivas, comunicativas y psicológicas; mucha gente aprende vía esos medios; así como los alcances que puede tener en el mundo laboral, sentimental, personal. Vaya, no es necesario hacer más ruido de las ventajas de la vida digital, sólo hay que aprender siempre a diferenciarla (de la real, queremos decir).
Si pudieran ser visibles las gráficas de flujo de datos, nos daríamos cuenta que estamos inmersos en un océano de vibraciones, ondas, microondas y todo aquello que conforma el espacio radioeléctrico. Literalmente estamos nadando en estas ondas, y es inevitable pensar que en un futuro podremos hacer hiperconexiones con nuestras mentes. Acceder a archivos de recuerdos, sentimientos, momentos, y será posible ese desarrollo de otros modelos de interacción social y de comunicación. Actualmente tenemos una actividad más horizontal entre las personas gracias a estas posibilidades tecnológicas, las redes sociales, y demás aplicaciones.
Pero hay gente no apta, no alfabetizada, que no sabe, no conoce. En la fila de la exhibición de Frida Kahlo en el Palacio de Bellas Artes (esta es una anécdota que siempre cuento), había gente que se formaba sólo porque todo mundo estaba formado, hicimos una encuesta y había personas que no sabían a dónde iban o por qué, algunas vendedoras de chicles nos contaban que no sabían que podían entrar a ese edificio, que además es de ellas, es público, y que en ciertos días no tenían que pagar para ver. Utilizando una frase coloquial: por ver no se paga. ¿No es ese un caso de alienación, de suplantación de la identidad? ¿volverá esta señora al museo? Desde esa noción, que el museo o la institución son asequibles, a la alfabetización tecnológica, se plantea un gran reto. Y tiene que ver con la equidad, con el acceso universal a la cultura, planteado en el acceso universal a la información, de parte de la UNESCO hace décadas y apenas reconocido por nuestro gobierno hace unos años, y sin la capacidad de los usuarios de manejar esos accesos, la cultura y el arte, siguen sin estar disponibles al grueso de la población.
De nada sirven las aplicaciones, páginas web, avatares, cuentas de twitter, si no existe la disposición, alfabetización y accesos libres a tales recursos. Están ahí, pero no son del todo asequibles, ni posibles. El gobierno actual elaboró un documento donde reconoce las limitaciones del uso de las tecnologías de información en materia cultural, y que por ello se agregaban todas la áreas de CONACULTA a la Agenda Digital de Cultura, como una meta: http://www.presidencia.gob.mx/primerinforme/meta-3/3-3-5-posibilitar-el-acceso-universal-a-la-cultura-mediante-el-uso-de-las-tecnologias-de-la-informacion-y-la-comunicacion-y-del-establecimiento-de-una-agenda-digital-de-cultura-en-el-marco-de-la-estr/
Se plantean cosas lógicas como definir una política de digitalización, creatividad, desarrollo, estimulación, catalogación, preservación del patrimonio, favorecer a niños y jóvenes, vinculación, conectividad, es decir, pura retórica. Aluden al qué pero no al cómo.
Pero hay un rubro interesante, el de Homologación de los servicios de cobertura, aquí hay que poner atención, porque entonces se dirigirán los modelos de creación, de discurso, de crítica. Casi como proponer un modelo de resignación, y en el arte, eso no compete. Nos están comunicando que no se puede contestar a las promulgaciones, bajo un espectro de bienestar inducido. En Ibero 90.9 no lo vamos a aceptar, nuevamente, por que no me da la gana.
Vuelvo a Anguita: Ser rebelde no es echar pedradas, no es insulto, ni es ofensa. La rebeldía es más profunda, es un grito de inteligencia, es un no me da la gana porque no quiero, porque entiendo que se pueden generar otros métodos de aprendizaje, de asimilación, de concianciar. Se puede ser rebelde sin causar bajas o daños colaterales, como decía algún ex presidente. Si enfatizo en el carácter no comercial de la estación es porque no vamos a la par de los mercados, generamos nuestro propio modelo de consumo. No queremos crecer con la economía sino con la cultura, que evidentemente puede manifestarse en resultados económicos pero eso no es nuestro fin último. No vamos a crecer a costa de la inteligencia de nuestro público, ni del país. Estamos contestando al poder con argumentos humanistas, lógicos, casi primarios, pero muy hondos. Se puede sonreír al prójimo, sin resignación, con dignidad, es función de nuestra estación de radio concienciar a nuestro público que es digno, y es función de un museo hacer lo mismo. Para ello hacerse de una personalidad, de una imagen, de una cara. No es lo mismo el ente de un avatar que la persona real, hay que fomentar la llegada a este museo y otros, o todos. Está muy bien lo que ocurre en nuestra vida digital ¿y qué ocurre en nuestra vida real? ¿qué ocurre con estos pedazos de piedra, de mármol, de tela y fierro?
No seamos aves carroñeras, no confundamos nuestra existencia real con lo que nos ponen en las pantallas, o en la radio, en un tweet, El espacio del museo no es un espacio de la vendedora de chicles, y sí, porque se vale, pero no es ese espacio que va a delegar en la población esa obligación de cultivarse, de hacer cultura, de ser culto. Como si fuera una culpa y una indulgencia que hay que pagar con credos o penitencias. El museo tiene que acercarse y coronar con perlas a ese público, y también le va a enseñar y hasta adoctrinar cómo vivir, y cómo vivir bien, y cómo pensar con sus exhibiciones. Para ello está su colección no los comunicados, para ello está su prestigio y no quién lo pagó. Lo real es que el museo pervive independientemente de quién lo construyó o incluso si existe (porque hay museos virtuales). El museo tiene que considerar al coleccionista, al empresario, al inversionista y al que tiene que ver qué va a comer en el día. La sociedad, es claro, está muy degradada, y viene al museo a percibir su hambre, literalmente, le genera cansancio para después gastar buena parte de su sueldo en una comida decente. Y digerir que lo que vio que no lo puede tener en su sala.
El museo se culpa de la situación política. El museo siente culpa que no exista mayor difusión de la cultura y exista una mayor difusión del fútbol. O de las estrellas de Hollywood o de Cine Cittá. Los funcionarios de los sectores públicos no han sido muy veloces para adaptarse a esas posibilidades de internet, apenas en 2014 tenemos claro que son muy necesarios esos puestos.
La experiencia radiofónica es un placer que no le pertenece al hacedor de la radio, le pertenece al público que está del otro lado de la bocina, le pertenece al radioescucha. Y no vengo a decir lo que me conviene sino lo que siento, quiero explicar un proyecto, este proyecto de estación. Hecho sin hipocresías, sin diligencias ni dirigencias, y sin cortapisas. Todo eso que presumo de la estación no es para generar empatía, ni para justificar que por ello no acudo a todas las exhibiciones, sino para decir que todos esos campos nos competen y es nuestra tarea, que asumimos con amor y cariño. La experiencia museística no le pertenece al curador, ni al investigador, ni al administrador, ni al director; le pertenece al público, hagamos que esa experiencia sea significativa, cobre sentido, sea interactiva, genere personalidad, que genere humanidad, y con ello dignidad.
Fotos cortesía Wikimedia México