'Energy' de Disclosure: Antídoto contra la somnolencia con invitados de alto voltaje
El efecto estimulante que se produce en tu sistema nervioso central cuando la sustancia psicoactiva de una bebida energizante hace efecto, es ligeramente comparable con el alza de energía que logran transmitir los hermanos Lawrence, Guy y Howard, con el sonido del nuevo disco Energy.
Cinco años han pasado desde Caracal, el último trabajo de Disclosure, y siete desde Settle, su álbum debut; discos completamente diferentes entre sí, pero con los que el dúo británico logró posicionarse en la escena musical mundial y entre los mejores exponentes de la música electrónica. Su orientación hacia el deep house, el garage house, el synthpop e incluso el R&B en su segundo álbum, hizo que estos hermanos se convirtieran en un referente único para la temporada de festivales.
El álbum con el que sorprenden en 2020 es, sin lugar a dudas, uno de los mejores antídotos auditivos contra la somnolencia y el ánimo decaído. La razón es evidente: desde los primeros acordes, los potentes bajos, los arreglos de sintetizador y las contundentes percusiones, los ingleses inyectan en el cuerpo de aquel que los escuche una vitalidad especial que no decaerá a lo largo del disco.
Partes de la fórmula original del dúo permanecen intactas, sin embargo, la gran variedad de invitados de alto voltaje con la que contaron para este nuevo trabajo, desde veteranos como Kelis y Common hasta voces más nuevas como Channel Tres y Kehlani, hace de Energy un claro intento por volver a las pistas de baile, en una experiencia completamente diferente.
Un ritmo pegadizo orquestado por la línea de bajo que se acentúa con la melodía metálica de un sintetizador vacilante y la impresionante voz de la cantante neoyorquina Kelis en “Watch Your Step”, abren el listado de canciones que conformarán un álbum cuyo inicio es sumamente prometedor y que, al menos durante la primera mitad, nos regalará momentos dignos de un tratamiento completo de baile, láser y humo. Lo anterior es fácilmente comprobable en el ronroneo entrecortado impreso en “Lavender” por el productor y DJ de Los Ángeles, Channel Tres, que incluso podría evocar al sonido de Daft Punk, contoneándose alegremente entre el pop y el underground.
“My High”, canción en la que participa el rapero Slowthai, y “Who Knew?”, con la participación de Mick Jenkis, nos mantienen en ese mood agitado y festivo del inicio, pero poco a poco, conforme nos internamos en Energy, el ritmo baja y la vibra se siente distinta, como si los cálidos colores de las luces en la pista de baile se tornaran fríos y las distancias entre los participantes se acortara de a poco.
“Douha (Mali Mali)” es el último de los tracks festivos y cálidos que el disco ofrece antes de su primer interludio; cuenta con la participación de la cantante de Costa de Marfil Fatoumata Diawara y se trata de un ejercicio de melodía vocal sencilla y pegadiza que cabalga sobre un afro-house dinámico, una muestra de la pericia tras la mesa de mezclas que tienen los hermanos Lawrence a la hora de componer.
Tras el interludio de poco más dos minutos en forma de un hip-hop instrumental a lo Thundercat/J Dilla que supone “Fractal (Interlude)”, se abre paso “Ce n’est pas” en clave house con toque pop y la voz de terciopelo del cantante camerunés Blick Bassy.
Por su parte, el predicador motivacional Eric Thomas presta uno de sus discursos al homónimo “ENERGY”, uno de los puntos cúspide dentro de este material que arranca con rollo brasileño en plan batucada y que no hace más que adaptar el discurso como en aquel “When A Fire Starts To Burn” de su primer disco. Sin embargo, la energía se transmite a través del propio discurso que entre la música te grita: «tienes más, podrías hacer más, llegar a ser más… eres invencible, poderoso, fuerte; mira, cuando te concentras, tu energía fluye, ¿me escuchas?» para ponerte en movimiento.
Un segundo interludio en clave hip-hop con sampleo y base de muchos quilates, cargadito de groove, da paso a “Birthday”, un track que cuenta con la participación de las cantantes Kehlani y Syd, tirado hacia un R&B acelerado y cercano al 2-step de Artful Dodger, que, si bien se siente cargado de miel durante ciertos momentos, jamás llega a ser empalagoso.
Para cerrar un trabajo que se acerca más que nunca al hip-hop, nada mejor que uno de los tótems, el gran Common diciéndonos «Cuando la libertad llama, tenemos que escuchar», aportando su flow y carisma a un “Reverie” breve y con un delicioso toque soulero que cierra un muy disco variado y efectivo.
Imprescindible revisar también la versión Deluxe de Energy, con nueve tracks adicionales y una que otra sorpresa digna de experimentarse.
Si bien la disonancia en el disco y la versatilidad en sus géneros le dan un discurso poco claro, también es verdad que en él no se tienen otras pretensiones que las de mostrar la madurez de un par de músicos que siguen queriendo divertirse y evolucionar. Es un regreso encantador que casi cualquier aficionado al género y a sus diversas variantes disfrutará mucho porque tres álbumes después, Disclosure todavía tiene un profundo conocimiento de los flujos dentro de la pista de baile.
Es verdad que el momento que vivimos no dejará que Energy evolucione dentro de su ambiente natural, ya que las pistas de baile y los festivales están cerrados. Sin embargo, es fácil augurar que su música mantendrá la vitalidad durante los próximos meses y los ravers estarán listos para romperse nuevamente cuando las luces neón se ciernan sobre la multitud durante toda la noche, después de todo, siempre es más oscuro antes del amanecer.
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