Seis años tardó en regresar Vampire Weekend a México. ¿Valió la pena? Sí
Fotos Vampire Weekend en Metropolitan
Fotos: Paulo Vidales/OCESA
Después de seis largos años, finalmente Vampire Weekend volvió a nuestro país para regalarnos dos de las noches más mágicas del año en el Teatro Metropolitan. Presentando su cuarto y último álbum, Father of the Bride, el conjunto neoyorkino nos recordó porqué los extrañamos tanto; no hubo ni un alma en el venue que no cantara junto a Ezra Koening, cantautor, guitarrista e ícono de la banda.
El escenario se llenó de instrumentos y un globo terráqueo colgando en el medio, haciendo alusión al cover art de su más reciente proyecto. Sin un show que abriera la noche y como reloj suizo, Vampire Weekend dio inicio a un espectáculo muy especial. “Flower Moon” de su más reciente álbum abrió la noche y la voz de Koening parecía recién hecha en estudio. Originalmente, Steve Lacy colabora cantando coros y versos. Sin embargo, la brecha que deja el cantante californiano pasó desapercibida gracias a Koening y su identidad vocal que se distingue en cualquier lugar. El público cayó a gritos cuando escucharon los vigorosos tambores que introducen “Unbelievers”, uno de los sencillos de Modern Vampires of the City.
Los fans coreaban de manera tan efusiva, que por momentos se diluía entre el escándalo la melodía de Koening y de la pianista y guitarrista, Greta Salpeter. “Bambina” calentó los pies y las palmas mientras todos aplaudían al ritmo de Chris Tomnson y sus percusiones. Las luces jugaban con estrobos y colores mientras todos cantaban: “My Christian heart cannot withstand/The thundering arena/I’ll see you when the violence ends/For now, ciao ciao, Bambina.” Entre cánticos y baile, el reflector iluminó a Ezra Koening y pidió una sincera disculpa por haber tardado tanto en volver a nuestro país, pues es uno de sus favoritos.
El Metropolitan se inundó de bullicio, gritos ininteligibles de cada esquina para Vampire Weekend; las luces se atenuaron y regresamos en el tiempo 11 años con “Cape Cod Kwassa Kwassa”. Los 4 miembros originales del grupo se iluminaron y nos regalaron unos minutos llenos de melancolía, un recuerdo de un Vampire Weekend que apenas crecía junto a nosotros. Del álbum homónimo Vampire Weekend dieron un salto entrelazando las guitarras thrash/garage de Briant Robert Jones y Koening en “Byrn” para culminar en “Run”, del segundo álbum, Contra.
Tras no dejar de mover los pies y la cabeza, las luces se encendieron rojas y, románticamente, Koening coreo el primer verso de “Step”, pero en lugar de romper en percusiones como la versión de estudio, dos arpeggios se apoderaron de una versión lenta y tierna mientras que todos gritamos: “Everytime I see you in the world/You always step to my girl”. La locura regresó con “Sunflower”, su jaming de “Stoneflower” y “Hold You Know”, tema que llenó el escenario de luces formando la bandera LGBTQ+.
Cuando explotaron “A-Punk”, quizás el sencillo más conocido, los fans olvidaron que el mismo teatro tenía asientos y comenzaron a brincar de un lado a otro sin parar de cantar un segundo. Después de unos momentos eufóricos, Ezra tomó el micrófono y, en español, dijo: “Octubre es el mes más tenebroso y esta es nuestra canción más tenebrosa…”. De inmediato, luces verdes tomaron el teatro y “Hudson” retumbó sus bajos por todas las butacas, el suelo temblaba con la intensidad de la conjunción musical entre los bombos de Tomson y los riffs de bajo en manos de Chris Baio.
Justo antes del encore, uno de los momentos más místicos de la noche apareció. “Obvious Bicycle”, canción con la que abre Modern Vampires of the City, traspasó a cada espectador y el lugar se convirtió en un coro gospel casi espiritual que costó trabajo digerir. La noche se acercaba a su fin con “Hannah Hunt”, una de las melodías más esperadas por el público por su furor y magia. Para cerrar, “Ya Hey” robó corazones y gritos en los que todos se volvieron uno para cantar una última vez en honor a Vampire Weekend y una de las mejores noches del año. Esperamos su regreso muy pronto y como ellos mismos dijeron: “Sooner than last time” (Más pronto que la última vez).