El espacio de la humanidad en el Universo: "La estrella de Ratner" de Don DeLillo

Harold Bloom es de esos críticos que uno lee más por obligación o costumbre que por gusto. Adepto a los juicios categóricos y las descalificaciones sumarias, no es infrecuente que sus comentarios levanten tanto ámpula como curiosidad. Aunque no es fácil coincidir con él, es factible dialogar con sus afirmaciones. Cuando le preguntaron quiénes eran los grandes novelistas norteamericanos en activo, él no dudó en soltar cuatro únicos nombres: Thomas Pynchon, Philip Roth, Cormac McCarthy y Don Delillo. Tan discutible como cualquier otra lista (aunque más por las ausencias que por las inclusiones), al menos tiene el acierto de ofrecer un puñado de autores insoslayables.

image_1165_1_259056

Esta lista mínima viene a cuento por la reciente publicación de La estrella de Ratner (Seix Barral) de Don DeLillo. Su obra, tan celebrada como influyente en el ámbito anglosajón gracias a libros como Ruido de fondo o Cosmópolis, acaso no ha obtenido la mejor atención posible en nuestro idioma. En ese sentido es de celebrarse el ahínco con el que Seix Barral ha ido reeditando sus novelas en español.

La estrella de Ratner, inédita en nuestro idioma hasta ahora, fue desde su publicación en 1976 considerada como una novela de culto capaz de influir en autores tan diversos como Paul Auster, Margaret Atwood y William Gibson. Su premisa, que podría sustentar una estupenda película de ciencia ficción, es tan estrambótica como plausible: una señal extraterrestre proveniente de un planeta lejano ha llegado a Tierra. Ante los inútiles esfuerzos de los mejores científicos por descifrar el mensaje, la responsabilidad de descifrar el código recae sobre los hombres de un niño prodigio de catorce años, Billy Twilling, que acaba de ser galardonado con el premio Nobel.

Desde las primera páginas, la trama de La estrella de Ratner, intrincada e hilarante, sobresale por fijarse más en las consecuencias del mensaje extraterrestre que en la resolución del mensaje mismo: la comunicación extraterrestre es el pretexto ideal para juntar a las mentes científicas más brillantes en un mismo sitio y ponerlos a discutir en clave alarmista sobre los problemas de la ciencia y la humanidad.

don-delillo-001

En este sentido, el acierto de Delillo no yace en describir un encuentro extraterrestre sino en subrayar los dilemas filosóficos que dicha comunicación implicaría: donde unos científicos ven una señal extraviada que bien no podría significar nada, otros ven la clave para descifrar dónde se encuentra la humanidad en el universo.

Esto no es mérito exclusivo de DeLillo: el encuentro con el otro siempre ha sido el punto principal de toda la literatura que ha abordado la comunicación con extraterrestres. Sin embargo, la forma en que el autor neoyorkino se enfrenta a dicho problema es particularmente escalofriante por un lado e inevitablemente histriónica por el otro: en las páginas del libro, la humanidad es por igual tan insignificante como grandiosa; una civilización en un planeta pequeño que tiene como mayor cualidad una curiosidad que la llevado a terrenos insospechados pero menores dentro las escalas con que se miden los acontecimientos cosmológicos.

Llena de páginas y frases memorables, escrita con una elegancia diga de una fórmula matemática (no en balde muchos afirman que el libro en sí es una fórmula matemática), La estrella de Ratner es una estupenda forma de entrar a la obra de Don DeLillo y, al mismo tiempo, es un fabuloso rescate que no decepcionará a quienes hayan leído antes al autor de Submundo.

 

Por @edegortari

El amor entre Mac Demarco y Real Estate se manifiesta en un nuevo video

Podcast ACMX - Respuestas del Adivina Quién y un par de sorpresas: Moby, Beach House, Vetusta Morla