El 16 de febrero arrancó la edición 73 del reconocido Festival Internacional de Cine de Berlín, Berlinale, y se han ido proyectando diversas películas que han sido parte de una variada selección. El festival, al igual que muchos otros, funciona por secciones, en donde cada una mantiene distintas propuestas.

Dentro de la sección Encounters, se tiene como objetivo: “fomentar obras estéticas y estructuralmente atrevidas de cineastas independientes e innovadores y dar más cabida a diversas formas narrativas y documentales”.

México estuvo presente dentro de esta selección con el largometraje documental de Tatiana Huezo, El Eco. Se tuvo la oportunidad de asistir a una de sus proyecciones y con tan solo pocos días desde su estreno mundial (17 de febrero) ya ha dado mucho de qué hablar.

El documental se centra en la comunidad de El Eco, un pueblo ubicado en el estado de Puebla, en donde contemplamos por un instante las vidas que transcurren junto con el húmedo, eléctrico y cambiante paisaje que alberga a quienes trabajan sus tierras. A pesar de que se hace uso de elementos ficticios, estos se complementan perfectamente con el formato documental para alcanzar mucha más profundidad.

Sin necesidad de construir una trama convencional, Huezo logra crear imágenes tanto cinematográficas como poéticas para adentrarnos en un relato que extrae la esencia de lo cotidiano. La inocencia, la muerte, los sueños, el dolor, el amor, entre muchas otras cosas, resuenan a lo largo del documental y en sus personajes que están focalizados en los niños, en las niñas y en las mujeres de El Eco.

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Así fue la premier de EL ECO en la @berlinale

Dir, Prod, Ed: Tatiana Huezo, Prod: @ladalinka Foto: Ernesto Pardo Ed: Lucrecia Gutiérrez AD: Nubia Saldaña #EgresadasCCC Diseño S: Lena Esquenazi #MaestrasCCC

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Fotos vía: @TheMatchFactory pic.twitter.com/zpgjlLv7Mw
— Centro de Capacitación Cinematográfica (@CCCMexico) February 17, 2023

Las y los niños son aquellos que experimentan su entorno de manera inocente y quienes se encuentran en la etapa de transición a una vida adulta mucho más compleja y con más implicaciones. Las mujeres son el motor principal de la narrativa mientras el hombre se encuentra casi ausente. Las comparaciones son constantes, entre las y los menores de edad y la anciana, las mujeres y los hombres, los animales y los humanos, el caos y la tranquilidad, entre otras comparaciones que ayudan a plasmar la naturaleza humana.

La cineasta salvadoreña con este proyecto toma distancia de las temáticas desgarradoras que suele abordar, logrando mantener aquella sensibilidad que materializa lo intangible y nos revela la fuerza física y espiritual que tiene el campesino.

Parece ser que nos encontramos frente a una etapa en la que Tatiana Huezo, junto con otros cineastas prominentes, reflejan una mirada esperanzadora a través de sus propuestas, buscando un poco de luz dentro de aquella oscuridad en la que nos encontramos como humanidad.

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