Por: Ever Osorio @intweettion
El contagio del VIH evolucionó de manera diferente a lo esperado. La enfermedad que en la década de los ochenta estigmatizaba a homosexuales y adictos al uso de sustancias intravenosas se convirtió en una epidemia global.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) dejó de ser una extraña enfermedad exclusiva de aquellos que llevaban una vida sexual no tradicional; comenzó a propagarse sin importar género, edad, orientación o comportamiento sexual, ocupación, origen u otras variantes.
A pesar de los esfuerzos realizados para erradicar la enfermedad, en el siglo XXI el contagio de VIH es mayor en mujeres. Las cifras hablan por sí solas. De acuerdo al Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el sida (CENSIDA) en 1990 el 13% de las personas infectadas en México eran mujeres, veinte años más tarde el porcentaje aumentó a 21%. Mientras que en 1990 se estimaba que vivían seis mil mujeres con sida o VIH, en 2013 la cifra se incrementó a 37 mil mujeres.
El diálogo común sobre el sida y el VIH está lleno de tabúes y mitos, esto incide en el fracaso de la prevención. Martín Luna, director del Centro de Atención Profesional a Personas con SIDA A.C. (CAPPSIDA) organización civil mexicana que se dedica a la atención integral a personas con VIH/sida y a la promoción de la salud a través de la educación para la prevención y la vida, explicó en una entrevista para 90.9 que el aumento de contagio en mujeres se debe a diversos factores como la idea falsa de que es una enfermedad exclusiva de homosexuales, la práctica sexual con múltiples parejas sin protección, incremento de las prácticas de penetración anal sin protección y el machismo como práctica cultural.
Es necesario mencionar que esos factores, no tienen, ni pretenden ninguna carga moral, pues la prevención del contagio del VIH va encaminada a la promoción del uso del condón.
En un inicio, el desconocimiento científico de la enfermedad limitaba las políticas de salud para su prevención, pero actualmente es necesario abordar el problema desde una perspectiva de género en la que se haga explícito que tanto hombres como mujeres son susceptibles de contagio.
En este sentido, el machismo se presenta como un elemento cultural que contagia, que mata. Para Martín Luna, Director de CAPPSIDA, las ideas culturales como: “Yo soy macho, yo no me cuido, a mí no me va a pasar nada”, provoca que los hombres no usen condón y se expongan al contagio del VIH, así como a otras infecciones y a su vez contagian a sus parejas. Otro caso muy común, comenta Luna, es cuando una mujer heterosexual le exige a su marido o a su pareja estable, concubino o como se le denomine, que use el condón y éste se niega, la cuestiona y responde con violencia física.
Es necesario, difundir una cultura de la prevención del VIH/sida donde los mitos, leyendas y violencia de género queden anulados. A pesar de que hay determinantes socio-económicos y biológicos que hacen que algunas poblaciones sean más vulnerables al contagio del VIH/sida, se debe reconocer en un inicio, que como cuerpos vivos se está expuesto a la enfermedad y que la prevención, sin cuestionar los comportamientos individuales, es la mejor arma para preservar una vida sana.