Foto tomada de redes sociales (Grupo de intercambio de estampas)

Cualquiera que quiera llenar el álbum Panini este mundial, de acuerdo con cálculos matemáticos, tendría que invertir más de 16 mil pesos y comprar más de 900 sobres de calcomanías, pero los coleccionistas intentan ahorrar dinero con intercambios.

Pareciera que para los coleccionistas todo gira alrededor de conseguir las 670 calcomanías que completan el Álbum de estampas de Qatar 2022, las cuales pueden obtenerse en sobres con cinco piezas, que al ser abiertos funcionan como un “juego de azar” provocando emoción en la incertidumbre de ver cuales saldrán, entre estrellas, jugadores “de relleno”, logotipos y parafernalia de las 32 selecciones que jugarán la Copa del Mundo.

Para esta edición 2022 la compañía Panini decidió, además de los cromos básicos, crear estampas “doradas”, “plateadas” y “bronce”, que podrán incrementar el costo de cada uno de los álbumes alrededor del mundo.

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Desde una perspectiva muy optimista, para llenar el álbum se necesitarían comprar 134 sobres sin que salga una sola estampa repetida. Si cada sobre vale $18 pesos , 28.57% más caros que los del Mundial de Rusia que estaban a $14, costaría $2,435 pesos. Además de los $59 si se trata de un álbum de pasta suave o $249 pesos si se espera uno de pasta dura, dando un total de $2688. Si se opta por una caja con 104 sobres esta anda en los $2121 pesos. Pero la verdad es que cuantos más sobres abramos hay más posibilidad de tener cromos duplicados.

Si nos abocáramos estrictamente a comprar tendríamos que citar al matemático Paul Harper de la Universidad de Cardiff, quien realizó un estudio donde explicaba que la probabilidad de llenar la colección únicamente consumiendo sobres era de 1-670, por lo que, tomando en cuenta un porcentaje de posibles repetidas, habría que comprar un aproximado de 904 sobres, haciendo un equivalente a $16,272 pesos mexicanos.

Pese a esto, ante la pregunta de ¿qué hacer con las estampas repetidas? surge solución de intercambiar, práctica que reduce la compra de paquetes por lo menos un 30%, contraponiéndose al capitalismo voraz y creando sociabilización entre la gente, permitiendo además conocer nuevas personas y reforzando amistades. Se crean también grupos en redes sociales donde los usuarios convocan eventos masivos o acuerdan reuniones personales.

La vía del cambio debería de ayudar a llenar el álbum de forma más rápida y barata, pero la realidad es que no se realiza de una forma tan lineal, pues la búsqueda por las estampas “doradas” ha provocado una exagerada subida de precios por ítems específicos (principalmente Messi y Cristiano), tasas de cambio desiguales, impuestas por los mismos coleccionistas, reventa de piezas e incluso manejo de “piratería”, todo un mercado periférico del que los usuarios obtienen ganancia a costa de Panini.

Aunque lo anterior parecería otra forma de sabotear al capitalismo, en realidad caen en la Paradoja del Objeto coleccionable; darle un status de “unicidad” y exclusividad a una mercancía que se produce en serie.

Sin embargo, el álbum ha llegado a integrarse en la vida de muchos coleccionistas, quienes han transformado a la acción de consumir un objeto desechable que requiere "aditamentos" para completarse, en un ejemplo de representatividad e Identidad que además tiene utilidad práctica (la alegría de llenarlo para guardarlo o venderlo) y simbólica (el “logro” de llenarlo, status de tenerlo, pertenecer al grupo de coleccionistas, etc.).

Lo cual además se ve reflejado en la producción de estampas personalizadas de las personas, con la posición en la cancha y la selección nacional que el usuario quiera, incluso circula una del presidente de la República.