‘Our Pathetic Age’ de DJ Shadow: letras y sampleos a nuestra era decadente

‘Our Pathetic Age’ de DJ Shadow: letras y sampleos a nuestra era decadente

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¿Te has puesto a pensar cuánto tiempo pasamos cada día frente a la pantalla de nuestros dispositivos electrónicos? Ya sea para redactar un mensaje, revisar nuestras redes sociodigitales, ver videos o simplemente perder el tiempo en un scrollear.

La cantidad de estímulos que nos son ofrecidos de forma digital es tal que no nos alcanza el tiempo para todos ellos e inevitablemente acabamos vertiendo (en mayor o menor medida) nuestra entera atención al display que tenemos enfrente y dejando de lado todo lo demás. Triste hasta cierto punto, ¿No? Para Josh Davis (a.k.a. DJ Shadow) más bien debería ser descrito como "patético"

Joshua Paul Davis no es ningún improvisado, tampoco alguien nuevo en el barrio, antes de que los centennials comenzaran a llegar a este mundo, él ya había entregado una obra maestra del tornamesismo, mismo que obtuvo un Récord Guinness por ser el primer lanzamiento de la historia en ser creado completamente de sampleos. Veintitrés años después nos entrega su sexta producción, un disco doble que apela al sentimiento descrito en el párrafo anterior.

“One side instrumental. One side is basically a producer album for mostly rappers.”
— DJ Shadow, The RInger (11/19/2019)

Tal cual lo explicó Josh a theringer.com, Our Pathetic Age (2019, Mass Appeal) es un álbum doble en el cual se le da prioridad en primer instancia a temas de corte instrumental o que en última instancia cuentan con sampleos, como es el caso del sencillo "Rosie" (que samplea a "Little Rosie" de The Phoenix Singers), que refiere más a lo que hacía cuando iniciaba como productor, por otro lado, la segunda parte se convierte en una pléyades de artistas que se suman a colaborar y a demostrar que Davis no solo les da la base sobre la que versan, sino que la instrumentación está a la par de sus letras.

En la primer parte del álbum, Davis apuesta por algunos vistazos al Plunderphonics que lo hiciera famoso, con piezas de hip hop instrumental como "Firestorm" que recuerda por momentos a "Building Steam With A Grain Of Salt", mientras que otras como la segunda mitad de "My Lonely Room" gira más hacia el IDM. Mención especial por parte de un servidor a "Juggernaut", un tema de breakbeat que se torna en jungle pasado el minuto tres y que incluye un sampleo que dejará pensando a más de uno: 

"Sometimes you are so charmed by the music he might be saying "Death, death, death", and you would not notice".

La segunda mitad del disco apuesta más por un hip hop de conciencia, al relucir con las voces de raperos como Nas ("Drone Warfare"), Inspectah Deck, Ghostface Killah y Raekwon del Wu-Tang Clan ("Rain on Snow") y Pusha T  ("Been Used Ta"), pero también con gente como Paul Banks ("Small Colleges (Stay with Me)") y Samuel T. Herring de Future Islands en el tema que da nombre al álbum. La temática de las letras giran en torno a los problemas que afectan a la relación entre los humanos y la tecnología en la era actual y esto es perfectamente retratado en el tema "C.O.N.F.O.R.M." donde colaboran Gift of Gab, Lateef the Truthspeaker y Infamous Taz.

“Can't even lift an eye up away from my phone

Talking to Instagram live just so I don't feel alone

Flooding my Twitter feed with my deepest feelings and thoughts

My page is public but my sense of conversation is blocked

I validate myself through followers just to feel important

Instead of living in the moment, I much rather record it

Nobody knows my first name but know my Snapchat handle

I'm just a millennial trapped in social media standards”

Con poco más de noventa minutos, los veintiséis temas que conforman la sexta producción de Josh Davis funcionan como un todo que se queja de una era en la que las personas han dejado de importar ante una  tecnología que cada vez nos consume más y más. Al mismo tiempo actúa como el encuentro cara a cara entre cuarenta y cinco minutos de mera instrumentación, que bien pudo haber sido por una máquina, y cuarenta y cinco minutos donde los seres humanos, con sus inquietudes y deseos, levantan la voz y reclaman su lugar a la base musical.

Los humanos y la tecnología son simbiontes, evolucionan a la par y dependen uno del otro, así ha sido por milenios y es algo que no se puede cambiar. Lo que se debe procurar es no anteponer lo que la tecnología nos ofrece (como una pantalla iluminada que nos conecta con el mundo), a nuestra relación con los demás seres humanos (especialmente si la tenemos frente a nosotros y la ignoramos), para que el día de mañana no sean vistos los tiempos presentes en retrospectiva como "una era patética".

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