Honrar el pasado y abrazar el presente para escribir un nuevo capítulo: Red Hot Chili Peppers
El tiempo ha sido testigo de infinidad de acontecimientos a lo largo de la historia, hechos políticos, sociales y musicales como el iniciado en aquel 1983 por cuatro caóticas mentes que estaban dispuestas a comerse al mundo con su sonido son parte de su memoria. Hablar de los Red Hot Chili Peppers significa hablar de subidas y bajadas, pero también de una explosión de creatividad desde sus inicios bajo el poco alentador nombre de Tony Flow and the Miraculously Majestic Masters of Mayhem. La banda ha explorado todo un abanico de posibilidades entregando materiales emblemáticos como Mother’s Milk, Blood Sugar Sex Magik o Californication. El legado continúa, y el pasado 1ero de abril queda marcado como el regreso del caos más picante, los Red Hot Chili Peppers y el lanzamiento de su álbum Unlimited Love.
La canción encargada de emprender el viaje es “Black Summer”, una melodía que acaricia al oído con el poder de los riffs melancólicos y que es especial no solo por ser el primer sencillo a seis años de su último material The Getaway, lo es también por marcar el regreso 16 años después del hijo pródigo de las cuerdas: John Frusciante quien cuestionaba su habilidad para crear rock después de dedicarse de lleno a la música electrónica. La respuesta llegó con “Black Summer” que además se acompaña de un video dirigido por la cineasta Deborah Chow y en el que Anthony Kiedis, Flea, Chad Smith y John Frusciante expresan su postura ante el calentamiento global.
La batería contundente de Chad se combina con la voz rapeada de Kiedis en “Here Ever After”, segundo tema del Unlimited Love, que significa la resurrección de John Frusciante y también la de Rick Rubin, mente maestra presente en los momentos sonoros más memorables de la banda bajo la producción de trabajos excelsos como By The Way. En palabras para la revista NME (New Musical Express) comentó: “verlos juntos fue motivo de gran emoción no solo por la música que hacen sino por la manera en la que me han marcado emocionalmente”. A este tema le sigue “Aquatic Mouth Dance” con un bajeo funky en el que también destaca la trompeta que nos hace estallar al final, instrumento que hacía escapar a Flea de la dura realidad que vivió en su infancia de la mano del sonido de uno de los trompetistas más grandes: Dizzy Gillespie, como lo menciona en su libro autobiográfico Acid For The Children. Continuamos con “Not The One”, una suave balada que nos reafirma la capacidad vocal con la que cuenta Anthony Kiedis, donde si bien puede rapear también puede erizarnos la piel. Un track que nos desprende de la atmósfera y en la que los cuatro se conjugan en total armonía.
El segundo sencillo del álbum llega con “Poster Child”, un tema altamente funky donde de nuevo aparecen las rimas de Kiedis que no son más que un homenaje a grandes de la música donde nos encontramos a Led Zeppelin, el Sandinista de The Clash y Motorhead. Le sigue “The Great Apes” abanderado por el tremendo solo de guitarra de Frusciante para pasar a “It’s Only Natural” donde probablemente se encuentran los mejores coros del álbum fusionando las voces de Kiedis y Frusciante. En “She’s a Lover” el funk está de vuelta y junto con él la petición de recibir amor ilimitado como el nombre de este material cuyas sesiones de grabación tuvieron que detenerse por la pandemia de COVID-19, tiempo que no fue desperdiciado pues el cuarteto afiló la pluma para terminar con más de 100 canciones a elegir.
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A manera de celebración y a la par del estreno de su duodécimo álbum, los Red Hot Chili Peppers entregan “These Are The Ways”, una canción que es toda una sorpresa auditiva con un inicio relajado que se torna poco a poco punk con un toque de metal al final donde la batería de Chad Smith es la cereza en el pastel para pasar a “Whatchu Thinkin’” con el bajo de Flea y el tremendo solo entregado por el virtuoso de las cuerdas, Frusciante. Como si aún no fuera suficiente llega “Bastards of Light” con un sintetizador amenazante al que le sigue “White Braids & Pillow Chair” y el par de líneas country que nos llevan a California, parte del ADN de los Red y testigo de sus momentos más oscuros pero también de sus momentos de gloria.
Se avecina el bloque final con “One Way Traffic” cargado de rock, funk, así como el brutal solo de bajo de Flea que le dan la bienvenida a “Veronica” y su historia acompañada de coros estremecedores para seguir de viaje sonoro con el reggae en “Let ‘Em Cry” y unos Chili Peppers que siguen corriendo riesgos y fusionando estilos. El penúltimo tema es “The Heavy Wing” cuyos primeros segundos son tranquilos para cederle paso al dúo protagonista de este tema con un Frusciante entonando el estribillo y el sonido potente en la batería de Chad.
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Para decir hasta pronto llega un cierre acústico, una especie de emotivo final en “Tangelo” que nos deja suspirando y reafirmando que la larga espera por tener de vuelta a la alineación dorada valió la pena. Este material llegó para mostrarnos a una banda que conoce su historia, pero que no se aferra al pasado y que hoy escribe un nuevo capítulo con amor ilimitado.
Escucha el análisis de este disco el domingo 10 de abril a las 21hrs en nuestra FM o en ibero909.fm