Creen que como mujer joven, tus opiniones las definen los hombres con los que trabajas: Veka Duncan
Por: Miriam Canales @miricaiba
Esta joven divulgadora ha hecho de la historia su pasión y la comunica muy a su estilo en distintos espacios.
Criarse en un ambiente multicultural resulta retador y favorable en la formación de un historiador del arte. En el caso de Viveka González Duncan, más conocida como Veka Duncan, de ascendencia inglesa y finlandesa, residente de Coyoacán y egresada de la Universidad Iberoamericana, le ha permitido conocer el mundo desde otra óptica siendo criada en casa de sus abuelos extranjeros y desenvolviéndose en inglés y español. “Es un poco extraño porque no eres ni de aquí ni de allá. Creo que debe ser la experiencia de los chicanos, no eres 100 por ciento mexicano. Soy demasiado latina para los europeos y muy fría para los mexicanos”, mencionó en entrevista para Ibero 90.9
¿Cómo has encontrado tu papel como mujer historiadora?
“Eso es interesante. Historia como tal es una carrera muy dominada todavía por los hombres, mientras que historia del arte es de muchas mujeres. Incluso en la Ibero tenía fama de ser carrera de “mientras me caso”. Es como la carrera que estudias para ser la “esposa trofeo” que tiene una gran conversación de sobre mesa. Mi generación era de puras chicas. Historia del arte está muy vinculada al mundo femenino porque en las artes las mujeres históricamente cuando no podían estudiar formalmente tomaban clases de bordado o música y tenían que ser muy versadas en ese tema”.
Cuando murió Miguel León Portilla le rindieron mucho tributo, pero no sabemos si hubo otra mujer igual en su generación.
“Sí, y más del lado académico. El reto es pasar de ese prejuicio porque existe. Los hombres son los maestros y las mujeres son relegadas muchas veces a un segundo plano. En esas generaciones icónicas también hubo mujeres. A mí me ven mujer, güera y de la Ibero y es difícil pasar esa barrera porque creen que soy una niña boba”.
O esa tontería de la “Pigmentocracia”.
“Sí, también hay mucho prejuicio por la juventud, yo creo que me he enfrentado más al problema de la juventud que la del género. ¿Cómo va a venir una chavita a decirme a mí investigador que mi investigación está mal?, o que tengo un dato impreciso y me pasa en muchos proyectos porque yo siempre me he dedicado más a la divulgación, que consiste en reducir la complejidad para que sea asequible para un público general”.
Y la barrera generacional de la que hablas…
“En lo académico se va apreciando la trayectoria, experiencia, los años vividos y trabajados. En muchos ámbitos laborales no los contratan y en la historia y mundo académico es al revés, el tiempo vivido y trabajado lo vas sumando. Conforme vas creciendo vas teniendo más reconocimiento, como viejo sabio, pero a algunos les cuesta trabajo que alguien joven con menos experiencia pueda hacer una buena investigación. A mí sí me han preguntado en que año nací y es difícil que un historiador haya vivido la época que estudia. La historia es tratar de aproximarse a un pasado que no viviste”.
¿Cómo ha sido de hacerte un nombre con figuras como Brozo o Héctor de Mauleón?
“Agradezco mucho esos espacios y estar con figuras como ellos. Me pasa más que en lo político asumen que como mujer joven tus opiniones están definidas por los hombres con los que trabajas. Hacerme de un nombre nunca ha sido una de mis preocupaciones. Yo llegué a medios trabajando con Héctor y he tratado mi propia trayectoria muy detrás de cámaras como investigadora, donde no necesariamente soy la firma que aparece, o la voz que narra, o la que sale a cuadro. Soy la que está en los guiones y mucho en proyectos multimedia. Yo tengo ese lado propio que tiene que ver con libros o museos y ésta otra parte de medios de comunicación. Nunca he sido de hacerme de un nombre sino acercar la historia a la gente, es mi eje central, trabajar en proyectos que a mí me gustan y entusiasman”.
He visto por YouTube las cápsulas que grabas de “Los básicos del arte”. En México los historiadores no se enfocan en la vida cotidiana.
“Todo mundo quiere ser el biógrafo de un virrey, no el historiador de una silla. Sí creo que hay un desprecio a la vida cotidiana. Parece que en México la única historia relevante es la política y lo demás sí queda un poco fuera. Creo que la televisión sigue siendo un gran elemento para acercar a la gente a la historia, pero veo a los académicos un poco reacios a las herramientas digitales y más sí queremos acercarnos a un público joven. La gente ya quiere experiencias, no solo sentarse pasivamente”.
Últimamente hay un gran debate entre lo “vintage”, “retro” y esta filia por el pasado. ¿Qué opinas de esto?
“Sí, hay una diferencia entre ‘vintage’, ‘antigüedad’ y ‘retro’. Yo entiendo lo ‘retro’ como años cincuenta-sesenta y ‘vintage’ creo que es más abierto. Yo sí puedo ver algo de los ochenta como ‘vintage’. Creo que sí cambia la óptica mucho generacionalmente y eso es lo complicado del tema de la historia. Para nosotros es difícil pensar que algo que se construyó de niño se vuelva algo histórico, no lo ves como tal, mientras que lo que se hizo cuando tus papas eran pequeños, sí. Ahora se están destruyendo muchas casas de los años sesenta en colonias como Del Valle o Narvarte. La gente que creció en ellas no las ven como históricas, pero quizá para nosotros sí sería y es muy relativo. A mí me gusta que el tema de lo ‘vintage’ y ‘retro’ esté de moda porque creo que eso ha ayudado que se conserven las cosas, como la colonia Roma por ejemplo, y eso generó un atractivo. Pero al menos que estén de moda ha garantizado que esas casas sigan en pie y no se construya un desarrollo inmobiliario. Yo no lo satanizo, que la gente esté interesada en comprar antigüedades también ha ayudado a mantener ese mercado.