Texto: Brenda Liviere Camacho

Fotografía: FIC

Uno de los actos más esperados dentro de la primera semana de la XLV edición del Festival Internacional Cervantino, fue el concierto en solo de Jeanne Cherhal, cantante y pianista francesa, quien se presentó el viernes 13 de octubre en el Teatro Principal de la ciudad de Guanajuato.

Acompañada por su piano, Cherhal interpretó más de 15 canciones durante casi una hora y media, donde los asistentes que al principio aplaudían con reparo intimidados ante el edificio que habitaban, mismos que terminaron por vitorear de pie la ejecución de la artista, seducidos ante el carisma y el talento de la francesa.

Como ver a un pintor complacido con el trabajo que tiene sobre su canvas, Jeanne Cherhal volteaba hacia la audiencia sonriente y hasta juguetona, consciente de su temple y su poder lírico en temas como ‘Noxolo’, tema que narra la historia de una mujer asesinada en Johannesburgo por ser lesbiana, el impacto de esta noticia marcó la vida de Cherhal que busca rendir un tributo a la finada preservando su nombre.

De primera impresión se observa sosegada y sutil, pero una vez que empieza a interpretar los acordes de cada uno de sus temas es evidente que se necesita de cierta rabia, de un cuasi coraje que le permite cantar acerca de cualquier tema de forma congruente; su adolescencia, una planta, el tratamiento de aguas negras, el amor y la ausencia del mismo, en sus palabras “cualquier cosa puede ser una canción”.

Antes de concluir su concierto y de despedirse de México - aunque prometió no para siempre - agradeció a su equipo, pero sobretodo al público curioso que motivado por esa sensación llegó a verla, coronando así el espíritu del Cervantino.