Texto: Jorge Ceja
Fotografías: FIC
Para escuchar y mirar a la orquesta de cámara 2e2m hay que tener mucha imaginación. Todo empieza por el nombre. Claro está que representa dos veces la letra E y dos veces la letra M, ¿y después? De acuerdo con el director Pierre Roullier, 2e2m significa: Estudios y Expresión de los Modos Musicales, nombre que, para él, sonaba muy mamón.
Siendo una de las orquestas más famosas de Francia, 2e2m llegó a la cuadragésima quinta edición del Festival Internacional Cervantino para presentarse en el Auditorio de Minas con un solo objetivo en la mira: sorprender y hacer reír al público.
En la obertura escuchamos ruidos que contaban la historia de un pájaro que se enamoró de un pez. Durante ocho piezas cortas, integrantes de la 2e2m, interpretaron el idilio y la unión de plumas y alas que terminó a causa de un cazador y un pescador.
En el segundo acto, los siete músicos integrantes de la 2e2m ocuparon su lugar para dejar a un lado los ruidos e interpretar la obra Variété. Durante 11 actos, Pierre Roullier tomó su batuta y la historia comenzó:
La música barroca se expandía como un gas por todo el auditorio. Nuestra mirada estaba sobre el escenario hasta que, por el pasillo principal, Nikolaus, -payaso y malabarista-, apareció. Durante más de una hora, el payaso se apropió del escenario para contarnos con su largo cuerpo la historia de un crimen.
Haciendo uso de sus dotes circenses, simulando a un soldadito de plomo, Nikolaus instaló un circuito en el escenario con ruta directa al caos: caídas, tropiezos, y malabares que hicieron reír a quienes llenaron el auditorio. Circa Circo nos llevó al filo de nuestros asientos mientras escuchábamos a la 2e2m que demostró que la música barroca es divertida.