Bong Joon- Ho y la enfermedad del sistema

Bong Joon- Ho y la enfermedad del sistema

Foto vía: Forbes

Foto vía: Forbes

En más de una ocasión se ha escuchado que en el cine contemporáneo persiste una crisis de narrativas, ¿a qué se refiere esto? Tal vez a que pocas películas son capaces de transitar del género de comedia a la tragedia; que la audiencia inicie simpatizando con los protagonistas, hasta llegar a repudiarlos en el desenlace. 

No es sencillo mutar de estructura dramática en 60 minutos o poco más, sin embargo, una vez más, Bong Joon- Ho logra magistralmente este cometido. Los saltos de tono dentro de sus narrativas los justifica como un reflejo de su propio temperamento, definiendo su último largometraje Parasite, como una “comedia negra de la época”, pero difícilmente podremos encasillarla en un sólo género cinematográfico. 

Foto vía: Sidney Film Festival

Foto vía: Sidney Film Festival

Ganadora de la palma de oro en el Festival de Cine de Cannes de 2019, hoy se posiciona como una de las películas de habla no inglesa más taquilleras a nivel mundial.

Los Ki-taek viven en una casa que se asemeja a un sótano, donde la mejor señal del wifi robado, la obtienen a lado del inodoro, y comparten su espacio con una plaga de cucarachas. Los cuatro miembros de la familia están en una misma condición: el desempleo. Con sus dotes en la falsificación de documentos, y la charlatanería, consiguen trabajos temporales que les dan el pan de cada día, hasta que su hijo mayor, Kim Ki-woo (Woo-sik Choi), es contratado como profesor de clases particulares de inglés por la familia Park. A partir de este momento su situación da un vuelco, y una serie de incidentes se irán desatando conforme los demás miembros son contratados, y van ganando su confianza.

Foto via: Time

Foto via: Time

A través de la farsa, de la exageración, se determina el mundo de los ricos y de los pobres, y como punto medio: las escaleras, ese recurso fundamental dentro de la historia, y la metáfora que se encarga de fronterizarlos.

Arriba encontramos a los Park con un modus vivendi occidentalizado, mismo que está presente en el angloparlantismo forzado, en las pretenciosas aguas de manantial; los juguetes del hijo Park Da-song (Hyun-jun Jung), la lujosa vivienda, y en general en los hábitos obsesivos que mantienen. Mientras que abajo están los Ki-taek, pertenecientes a un estrato social que molesta e incomoda, como el olor que desprende “un trapo sucio hervido”, descrito así por el adinerado patriarca Park Dong-ik (Sun-kyun Lee).

Foto vía: Espinos

Foto vía: Espinos

Con Bong Joon- Ho nos aproximamos a una crítica social dura que devela el abandono social por parte del gobierno surcoreano a partir de los desastres desatados en 1990. Así como también casos posteriores como el incendio ocurrido en el metro de Daegu, o las inundaciones que dejaron a cientos de víctimas sin hogar. Pero son estas mismas “víctimas”, quienes están dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias para salvarse y continuar su vida. Aquí los límites de la ética humana se desdibujan, y el instinto más salvaje sale a relucir en ambos estratos; lo que acontece después es una suerte de rebelión social, la ruptura de un aparente control y todo aquello que se asocia con la perfección. 

Foto vía: Slash Film

Foto vía: Slash Film

Para el capitalismo, familias como los Ki-taek son parásitos, esos organismos que se reproducen en masa, se alimentan de otro ser vivo, y habita en su interior. Son la enfermedad del sistema, por ende exterminables para el mismo.

Parasite es una película digna de analizarse desde distintas aristas. La acidez de sus chistes se tornan pronto en retratos crudos de un contexto contemporáneo que no nos es ajeno. 





Viejos nombres pero nuevos momentos en Coordenada 2019

Viejos nombres pero nuevos momentos en Coordenada 2019

El valiente sonido de Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra Xichú

El valiente sonido de Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra Xichú