BICEP Live, un acto susceptible de no ser olvidado
Las implicaciones de presentar un acto en vivo abren las posibilidades de generar una expectativa ligada a la improvisación, como en el caso de BICEP y su acto en vivo, para la edición 2022 del Festival Ceremonia. En términos musicales, se trata de un estado de manipulación pura, apela a la infinitud natural de la música, lo que es altamente susceptible de derivar en sensaciones de escucha únicas.
En México se han tenido grandes artistas de música electrónica con sesiones en vivo, desde “Mr. Fingers” o ''Squarepusher” y en recientes fechas DJ Koze o Jeff Mills; todos con shows memorables. Es decir, hombres máquina con sesiones abiertas, un número de escenas determinadas, además de secuencias dispuestas a ser intervenidas, a pesar de que no solamente son rolas finalizadas, incluso ya han sido distribuidas y asimiladas por el público previamente. En ese punto se encuentra la magia.
Es decir, ya hay una captación del sonido por parte del público, ya pueden ser reconocidas. Dentro del largo proceso que compone a la industria de la música, se encuentra en un punto de “regreso” pues forman parte de la conciencia de una colectividad, lo que hace aún más interesante este fenómeno, pues al encontrarse con el artista en vivo, las sensaciones generadas por sus producciones son libres de manifestar nuevas sensaciones, para bien o para mal, cuando la improvisación está de facto, cuando es un acto en vivo.
Pareciera ser una premisa contraproducente, canciones terminadas pero disponibles para ser improvisadas. Ello más bien debería ser asumido como una condición que otorga posibilidades infinitas sobre una rola terminada. Es curioso porque BICEP ha estado de gira desde el año pasado y es casi seguro que a pesar de interpretar su último gran disco Isles en directo, ninguna rola y ninguna presentación han sido iguales, básicamente por la condición del Live.
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