Basura (2011) es el documental de Carlos Matsuo que representa, a través de un entonces no tan conocido San Pedro el Cortez, la mirada de Tijuana, la escena y lo que hoy es una de las grandes referencias geográficas de la música en México.
La mejor banda del país, la que mejor describe la crudeza de la decadencia social y la cultura pop, vomita un sonido garage de un grupo de amigos que no se consideran músicos. Esta banda ya es leyenda pero nadie la conoce y realmente a nadie le importa.”Es pura pinche cura garage de Tijuana”.
Tijuana se convirtió en la cuna de bastardos que decidieron abusar de sonidos influenciados por un culto a música gringa e incluso chicana de antaño, punk rock, ska, garage, hip hop, etc. Al mismo tiempo surgieron movimientos que mezclaron esas raíces con tintes más mexas, de mal gusto para refinarlo y hacerlo kitsch y cool como el tribal y la cumbia, en un intento por derrocar al imperio del Nortec.
Basura es un documental en el que reina la escala grises, no sólo en la fotografía sino en las palabras, las situaciones, la música que podría ser estática bien manipulada para ser estética. Además aparecen personajes como Cirerol, Maniquí Lazer, Dávila 666, entre otros, que llegan a tocar a Tijuana para perderse en el abismo de excesos del paraíso roto norteño. Hay un interesante discurso que enfrenta a los que salen de Tijuana con el mal sabor de la incomprensión de su música y la necesidad de exportarla para ser más escuchados: los que ven a la música como parte de un negocio, músicos consolidados que ya no voltean a lo que pasa en el underground, representantes, organizadores... Todo es opacado al final por una banda que más allá del gusto por tocar, la fama y los excesos lo que más aman es ser basura.
Un güey desnudo en el suelo se retuerce y se coge literalmente a su guitarra, letras relatan viajes en ácido porque es necesario eliminar la realidad. El documental permite conocer al San Pedro como una banda que toca en la calle, en un escenario o en una bodega con amplificadores tronados, sin distinción. demostrando que hacer ruido con amigos y hacer lo que se venga en gana es lo más real que existe, incluso más real que tocar bien y bonito.
“Tocar a la verga”, no esperar nada, embriagarse antes de una tocada, mezclar la cocaína y mota lleva al show a un plano en el que San Pedro se convierte en una apuesta de algarabía mórbida. El espectador puede ser orinado por los integrantes o presenciar un acto de extrema dificultad de personajes “hasta el pito” haciendo música, mientras una bandera en llamas se consume en el escenario y se derrite en el suelo con vidrios rotos en los que caerán algunos fieles al santo más rancio de Baja California.
Basura se convirtió rápidamente en una leyenda urbana que llevó a la banda a un plano importante en la escena musical a un nivel más grande, formando el culto a la música en Tijuana específicamente con el punk y el garage. Tuvo un largo viaje por el mundo y finalmente está a nuestra disposición a través de Vimeo.
https://vimeo.com/127086316