Cuando el calendario marca que es el mes de agosto y el Cruz Azul juega de local: se tiene la certeza de una cosa: lloverá y lloverá en serio. Después de esa premisa, el juego tenía dos actores con polos opuestos. Mientras el Querétaro llegó como cuarto general, los Cementeros llegaron arrastrando la cruz; derrotas consecutivas y funcionamiento paupérrimo, sobre todo en el ataque. Muy ad hoc al cartel de sus ‘delanteros estrellas’. Cierto es que la marea venía muy agresiva y los vientos arrecian por La Noria.
Mariano Pavone es de esos ‘gueyes’ que te dan ganas de estrangularlos, pero cuando estás a punto de hacerlo te arrepientes porque te das cuenta de que es un buen tipo: sacrificado por el bien de los demás, tan bonachón como blandengue. A pocos minutos de haber iniciado el juego, Mariano tuvo la oportunidad de ganarse al Coliseo de la colonia Noche Buena, pero para no quedarle mal a su ADN falló un gol cantado. Pavone corre, lucha, desgasta a la defensa, se madrea, hace todo para que al final le perdonen la vida, y sí, siempre logra que al final lo odies al tiempo que brinda una dosis de lastima; llega el momento de la redención: inexplicablemente, tras el juicio y a pesar de contar con todas las pruebas en contra, su cita con la horca queda cancelada.
La Maquina se adelantó con gol de Rogelio Chávez por la vía del penal. Después, los Gallos le hicieron honor a su mote y dieron cara al partido. Con Sinha en los controles, el Querétaro no desentonó en la posesión del balón y encontraron el empate con anotación de Camilo Da Silva. En los minutos finales del primer tiempo la afición, sobre todo la porra del Azul, se hizo sentir (un milagro); sus cánticos tenían destinatario evidente: “jugadores, ya rómpanse la madre, a ver si ya ponen huevos, Cruz Azul es un grande”.
Al medio tiempo, la directiva celeste le brindó un tímido y rancio homenaje al fallecido ‘Kalimán’ Guzmán. Tamaña figura merece multitud de homenajes y letanías; mucho más de lo que el Azul puso en escena, que fue, básicamente, nada. Fue la ‘Sangre Azul’, barra del equipo, quienes sacaron un bonito mosaico que enaltecía al ídolo. Por los demás, perdónalos, Kalimán. No tienen idea de lo que hacen.
La entrada del Christian Giménez en la segunda mitad inyectó adrenalina al Azul. El Chaco puso otro ritmo al juego y con soberbias jugadas individuales provocó peligro. De una jugada donde el participó Giménez llegó el gol de la victoria: Joao Rojas se lanzó como proyectil para impactar con la cabeza, muy acrobáticamente, un balón que la defensa del Querétaro no pudo sacar del área.
Al final, el Cruz Azul sufrió para sacar los tres puntos, pero vitales para calmar el turbulento oleaje. Durante conferencia, Luis Fernando Tena destacó la ‘entrega’ de Pavone (entrega todo menos goles, y vaya…) y pidió a la afición lo comprendan, que si bien no mete goles si da su máximo esfuerzo (no, pos sí).
Turno para enfrentar a las Chivas, las melancólicas Chivas; Francisco ‘El Maza’ Rodríguez expresó para La Barra sus sentimientos por enfrentar a su exequipo la semana entrante: “Es algo importante, bonitos recuerdos para mí. Es la institución que me dio la oportunidad de ser el jugador que soy hoy, que me dio la oportunidad de lograr mis sueños como jugador profesional, conforme ha pasado el tiempo fui mejorando y todavía no me pongo topes”.
Ha pasado la tormenta. Baja la marea. ¿Viene la calma?
Jacobo Frontana
@jac_frontana