“Arquitectura sin arquitectos”, un libro de la artista visual Sandra Calvo y Arquine
La artista visual y experimental mexicana Sandra Calvo -quien además es politóloga, antropóloga y socióloga- propone en su obra “Arquitectura sin arquitectos” (ASA), una reformulación del concepto “casa”, por los distintos significados que adquiere una vivienda bajo diversos contextos sociales.
Dentro de su obra se pregunta: ¿Qué es una casa en realidad?, ¿tiene el mismo significado para todos?, ¿existe la arquitectura sin arquitectos?, ¿se puede ser arquitecto sin saber de arquitectura?
Calvo se describe como una “artista de prácticas sociales”, cuyo interés por temas como el espacio público, la distribución de la riqueza, los procesos de urbanización, políticas de vivienda, entre otros, culminó en una necesidad de comunicar problemáticas sociales a través del arte, de la fotografía, del video y de la escultura colaborativa.
“Arquitectura sin arquitectos” (ASA) es un proyecto creado en 2011 y desarrollado en el barrio de Villa Gloria, en Ciudad Bolívar, ubicada al sur de Bogotá. ASA es una obra a través de la cual se visibiliza el estado de crisis permanente y la incertidumbre en la que viven los habitantes de las zonas más desfavorecidas en Latinoamérica. Hablamos de personas marginadas, sin documentos oficiales, trabajadores ilegales, comerciantes sin contratos laborales, etcétera, quienes en su intento por construir una vivienda pasan por un proceso bastante complejo debido a las limitaciones que enfrentan.
A lo largo de “Arquitectura sin arquitectos” se menciona un concepto fundamental para comprender el proyecto: la autoconstrucción. Sandra Calvo nos explica que la autoconstrucción es aquella arquitectura abierta que se convierte en un flujo, un hábitat auto construido que es “casi la única forma de poder hacerse de una casa para aquellos ciudadanos que son, a la vez, residuos y sostén del modelo neoliberal”.
En estos casos, las familias son las encargadas de construir sus hogares desde cero, desde pavimentar, hasta alumbrar, siendo ellos mismos el inmobiliario de la casa. “Son sitios donde (la casa) está lejos de ser un lugar de bienestar o confort, lejos de ser un lugar de protección. Ahí la casa es más bien un espacio que no es planeado, que no ha sido terminado bajo ningún tipo de lógica funcional. Es una estructura que es más bien fluida, que es dinámica y que es activa, que es útil pero también cruda y frágil”.
La autoconsrucción es también una manera de legitimar su propiedad, es un mecanismo de resistencia y lucha para convertirse en los verdaderos dueños de sus propias viviendas, a pesar de ser edificadas en “tierra de nadie”, como lo es la periferia y los lotes susceptibles al despojo.
También le preguntamos a Sandra acerca del monumento que conforma la segunda parte de ASA, una proyección de una vivienda hecha de hilo.
“La casa de hilo” es una representación visual de autoconstrucción y de irregularidad.
“Es una casa, un render, como un “AutoCAD” en vivo. El hilo tomó además varios significados; para empezar el concepto parte de una práctica propia del albañil, de nivelar terrenos, que luego se convierten en algo más. La estructura del hilo es frágil, pero también es maleable. Puede tomar múltiples formas, como lo hace la autoconstrucción”.
Sandra mencionó que la intención principal, detrás de la proyección de “la casa de hilo”, más que representar una casa real, fue crear un parlamento, un espacio de diálogo en el que se puede empezar a visibilizar y entender la situación, un espacio para representar preguntas complejas y reales que se plantean millones de familias: ¿qué se puede construir?, ¿qué no se puede construir?, ¿para qué hay dinero?, ¿para qué no?, ¿el terreno lo permite?, ¿nos van a desalojar?
Calvo habla también de la “ingeniería inversa”, para reforzar el concepto de autoconstrucción. Este tipo de ingeniería se trata de una de carácter popular, que no está hecha por un conocimiento técnico, racionalizado o sistematizado, que surge a partir de la realidad, del contexto y de un saber local. Es un proceso llevado a cabo por todas estas personas que si bien no son arquitectos, generan arquitectura; un tipo de arquitectura del que todos somos parte y que, además, da estructura a millones de hogares dentro de las ciudades.
Sandra Calvo describe a “Arquitectura sin arquitectos” como una obra que propone la reinvención del proceso de planeación urbana, en donde no es necesario generar una “arquitectura real”, si no más bien, abrir paso a una dinámica imaginativa, crítica, reflexiva, que permita entender a “la casa” como una geometría emocional, que en algunos casos dista mucho de ser lo que conocemos como una vivienda formal, sólida, predecible y llena de certezas.