9 momentos que definieron el Super Bowl

9 momentos que definieron el Super Bowl

Primer Super Bowl en 1967.

Primer Super Bowl en 1967.

Por: Omar García

Era el mejor de los tiempos… punto. Llegó el primer fin de semana de febrero y con él cierra la temporada 101 de la NFL con el partido más importante del año: Super Bowl en su edición LV (55). El juego es histórico por dónde se le mire: deportivamente, en lo mediático y hasta en el contexto histórico.

Este partido se ha convertido en una de las expresiones sin fronteras dentro del panorama deportivo, y a lo largo de estos 55 años hay momentos que trascendieron al campo, para crear que un encuentro que tiene el reflector en una nación y a la par los ojos del mundo están pendientes de lo que ocurra.

Por ello, en Crac 909 te hacemos un recorrido por los momentos y puntos de quiebre que han hecho de esta final lo que es:

1. 15 de enero 1967 - El inicio (Super Bowl I)

Después de siete años en competencia, la American Football League quiso poner la supremacía del juego ante la vieja National Football League en un partido donde sus dos campeones libraran un partido al tú por tú. Para la nueva organización era la posibilidad de tomar revancha y para el viejo circuito la obligación de mostrar el poderío.

Los Kansas City Chiefs, propiedad de Lamar Hunt —artífice del partido— llegaron como reyes de la AFL para enfrentarse a los Green Bay Packers, de Vince Lombardi, figura totémica del deporte y quien hoy bautiza al atesorado trofeo. Al final, la experiencia lució como factor y los verde y oro se proclamaron campeones 35-10. La semilla había sido sembrada.

Twitter: @packers

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2.- La “garantía” (Super Bowl III)

Tras conquistar el segundo Super Bowl, los Packers de Vince Lombardi sellaron su dinastía y dieron paso a una nueva forma de entender el futbol americano, con la American Football League como protagonista. Joe Namath, QB de los Jets de Nueva York era el primer gran atleta-espectáculo: los focos de la célebre calle de los teatros neoyorquinos se convirtió en su arquetipo “Broadway Joe”: el reflector natural y la simbiosis perfecta con la televisión. Con su boleto al Super Bowl III había todo que ganar y sobretodo, nada que perder.

Los Colts de Baltimore se colaron para jugar este partido y de acuerdo a la tecnocracia y sus proyecciones para acotar a este deporte, ganarían por más de dos dígitos; sin embargo Namath tenía otros planes y se aventuró a dar un pronóstico: “seremos campeones. Lo garantizo”. Entre la broma y la gracia, en efecto, los Jets terminaron con la victoria 16-7 y por primera vez un equipo de la NFL no salía con el trofeo en las manos. Parecía que ya no sólo uno comía en la mesa de los grandes. El hecho se cataloga como punto de quiebre y el partido tomó relevancia nacional.

3.- Simplemente perfecta (Super Bowl VII)

Cuatro años más tarde, los Miami Dolphins consiguieron un hito que hasta hoy nadie ha podido lograr: una temporada perfecta. 17 partidos donde ningún equipo había podido cambiar el cero en el departamento de derrotas. La “defensiva sin nombre” junto a Larry Csonka y Bob Griese fueron clave y de la mano de Don Shula coronaron su primer título ante unos Redskins que simplemente sirvieron como escenario para la coronación. Desde entonces, son el estándar.

4.- El “super domingo” (Super Bowl X)

Coincidentemente, la fascinación de los seres humanos por las cifras redondas se cruzó con el Super Bowl al cumplir su primera década y a la par los primeros dos siglos de la independencia de Estados Unidos. Ya convertido en el espectáculo deportivo por antonomasia en el país, el capricho del balón permitió que se gestara el primer capítulo del único duelo que ha visto tres ediciones de “súper domingo” en la historia: Pittsburgh Steelers vs Dallas Cowboys, partido que reúne a las dos aficiones más grandes de México por motivos televisivos de alcance y por la calidad evidente.

En aquella edición, la “Cortina de Acero” venía de presumir el título mientras los de Texas buscaban también su segunda corona. Al final, las “toallas terribles” prevalecieron y marcaron la pauta de los años 70.

5.- Rompiendo barreras (Super Bowl XXII)

Aunque podemos hablar de momentos icónicos como el primer Super Bowl de Joe Montana (Super Bowl XIV) o los célebres Bears de la mítica campaña del 85, en el campo de San Diego, la NFL vio romperse una de las barreras menos revisadas y más marcadas de la liga hasta el momento.

Los Washington Redskins sumaron a su equipo a un mariscal de campo afrodescendiente, el primero en la historia. Doug Williams pasó de ser un jugador a estar en el reflector del escenario soñado, abriendo brecha en la lucha de las minorías étnicas. Y esto se quedó potenciado, pues al final se llevó el trofeo y el premio al Jugador Más Valioso (MVP, por sus siglas en inglés). Sus 35 puntos en un cuarto siguen siendo récord y modelo para los siete mariscales de campo afroamericanos que vinieron después.

6.- Remontada y dominio (Super Bowl XXIII y XXIV)

Un año más tarde de la proeza de Williams, Joe Montana tenía 92 yardas que recorrer y poco tiempo para hacerlo. Sin embargo, la magia que distingue a los buenos de los grandes apareció y desde la broma de encontrarse al actor John Candy en las gradas hasta la osada pregunta de “¿dónde celebrarían esa noche?”, el 16 de los 49’ers de San Francisco guió metódicamente a su ofensiva que coronó el esfuerzo con un pase de 10 yardas a John Taylor para sentenciar el partido y derrotar por segunda vez en siete años a los Cincinnati Bengals.

Un año más tarde, era claro que la “ofensiva de la Costa Oeste” era una de las innovaciones más connotadas en la bahía del norte de California y que no existía un mejor equipo que los “Gambusinos”. El partido grande lo dejó claro: la peor paliza en la historia de los “super domingos”. Denver lució como víctima e inermes tuvieron que aguantar los embates de la ofensiva de Montana, Jerry Rice —mejor receptor de todos los tiempos—, Tom Rathman y Taylor, quienes anotaron 55 puntos, también récord de partido. Así, “Joe Cool” se ganó su cuarto anillo y la firma de una dinastía.

7.- Entre la desgracia y el “Rey” (Super Bowl XXVII y XXVIII)

Entre los Super Bowls XXV y XXVIII, la Conferencia Americana fue representada por un mismo equipo. La historia nunca había ocurrido antes, ni después: cuatro “super domingos” consecutivos para los Buffalo Bills, que en ninguno de esos viajes pudo salir con la sonrisa, ni con el trofeo Lombardi. Al contrario, una desazón tras otra incluyendo dos seguidas ente el mismo equipo, anotando apenas 30 puntos en dos partidos y recibiendo 82, lo que dio pie, por otro lado, a la dinastía de los Dallas Cowboys con Troy Aikman, Emmith Smith y Michael Irvin a la ofensiva. Sin embargo, la historia real llegó en el primero de los enfrentamientos.

El Rose Bowl de Pasadena significó un punto de quiebre para el producto que 28 años más tarde significa la proyección internacional del partido: Show del Medio Tiempo. Dos acordes inconfundibles enmarcaron las cuatro esquinas del estadio con una efigie que sigue trascendiendo en la cultura popular. Entonces: un minuto de tensión. De la yarda 50 salió el “Rey del Pop” inamovible, eterno, gastando cuatro millones de dólares en televisión y posteriormente cambiando la percepción que se tenía del descanso del partido.

8.- Victoria gigante

Ya en el siglo XXI, la voz cantante de los Super Bowls eran los New England Patriots de Tom Brady y Bill Belichick. Conquistando las ediciones XXXVI, XXXVIII y XXXIX, el reto cayó en 2007 cuando los de Massachussetts pasaron semana a semana sin cambiar el cero en el departamento de derrotas. En la última jornada de la temporada regular, los New York Giants quedaron cerca. Tres puntos. Insuficientes para quitar el invicto. Por segunda ocasión en la historia, un equipo ingresó sin derrotas a la postemporada. Con el viaje al Super Bowl: reencuentro.

Los de la “Gran Manzana” libraron tres aduanas visitantes y venían con la inercia. Con menos de cinco minutos: tercera oportunidad y cinco yardas. La bolsa colapsó y la defensiva patriota se encontró con Eli Manning, quien libró el embate casi de milagro y el ovoide se entregó a una espiral extraña que se encontró con la mano y casco de David Tyree para la conversión más importante del año. Una serie más tarde Plaxico Burress recibió el balón en las diagonales y al final, New England perdió el cero en sus derrotas… y el trofeo.

9.- En casa (Super Bowl LV)

Trece años después, Brady-Belichick se proclamaron tres ocasiones más y sellaron una dinastía de dos décadas. En ese contexto, el próximo Super Bowl, aún sin disputarse tiene dimensiones históricas, por donde se le mire; por primera vez en 54 años la tribuna de un “super domingo” no lucirá llena. Los huecos que inevitablemente recuerdan las ausencias de una pandemia que está por cumplir su primer año será el tema que prioriza la agenda mundial.

En lo deportivo, los Tampa Bay Buccaneers, con el mismo Brady al frente — el QB quién buscó un nuevo horizonte— se convertirán en el primer equipo en disputar un “super domingo” en casa en la historia. La figura sobre la que se ha construido la imagen de la NFL buscará sellar su legado (aún más) con el séptimo anillo, que lo pondría como el máximo ganador en la historia; aunque sin olvidar su pasado de escándalos y acusaciones por hacer trampa.

Enfrente, tendrá al futuro que escribe en presente: Patrick Mahomes, el Jugador Más Valioso en 2018 y figura central del título de Kansas City en 2019 que buscará romper el récord de Brady como el jugador más joven en la posición en alcanzar dos títulos.

Medio siglo y poco más de la historia que se cuenta durante cuatro cuartos y cada primer domingo de febrero.

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