La jauría del director Everardo González
Por Emilio Santiago Gamarra
Con un documental nominado al Ariel 2024 para mejor largometraje documental y mejor música compuesta para cine, Una jauría llamada Ernesto retrata a un personaje homónimo que compone la mirada y las experiencias de distintas miradas individuales que han vivido y sufrido las consecuencias de vivir en el mundo del crimen organizado en México.
Un proyecto que anidaba en la cabeza de Everardo González desde 2003, el proyecto retrata historias crudas sobre este mundo, desde la perspectiva directa de quienes lo sufren. En entrevista con Ibero 909, González afirmó: “Mis preocupaciones legítimas hoy tienen que ver con un México convulso que se celebra, que tiene poco que celebrar, en mi opinión [...]”.
Everardo busca un enfoque personal al hacer documentales. “La razón de ser de un documental también es [...] personal. ¿Me explico? Pues si no, yo haría otro tipo de peli…”. Everardo espera que en un futuro la película va a lograr encontrar a su público como lo han hecho otros de sus documentales como “Los Ladrones Viejos” del 2007 en particular.
Lo que más destaca la cinta es su apartado artístico, es bastante particular, y grotesco, y es real. La película está enfocada siempre en la cabeza del personaje que están retratando, o en los objetos que se usan, la mayoría de la acción sucede fuera de foco.
La película está construida con planos que enfocan la cabeza del personaje o, en los objetos que usa, la mayoría de la acción sucede fuera de foco, imitando la experiencia de un videojuego.
Everardo relató: “Son películas en las que se filman con miedo; o sea, una ocasión estuvimos rodeados por 15 muchachos armados menores de edad con (armas) R15”. El director compartió que la adrenalina que siente todo su equipo cuando “ya no estás jugando a hacer una película”, y él encuentra consuelo en su familia y sus amigos para ver también el lado dulce de la vida, así como la importancia de terapias comunitarias para procesar lo que está grabando.
El personaje de Ernesto en sí es una metáfora de una jauría de distintos personajes verdaderos, la figura central representa una serie de vivencias diversas y múltiples de los jóvenes que deciden o son obligados a participar en las filas del narcotráfico, uno de los principales empleadores en México.