Enfermedades psicosomáticas
Existe una relación muy cercana entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que sucede en nuestro cuerpo. Desde hace años el cuerpo humano reacciona ante las amenazas a partir de la liberación de hormonas y mensajeros químicos que hacen cambios en la función de las neuronas. Pero ¿qué sucede cuando esta respuesta se sale de control? Una posible consecuencia son las enfermedades psicosomáticas.
Las enfermedades psicosomáticas implican manifestaciones físicas adversas a partir de procesos psicológicos disfuncionales. Puede no haber elementos suficientes para hacer un diagnóstico, pero los síntomas son reales. Esto se explica por la respuesta del organismo a los pensamientos, a la interpretación del entorno y las emociones que experimentamos a partir de ello.
Algunas de las manifestaciones son dolor, fatiga, alteración gastrointestinal o disfunción sexual. Por esta razón, cuando se presentan estos signos y no se encuentra la causa de los mismos, se recomienda acudir con profesionales de la salud mental.
Paola Meneses, nutrióloga, comparte algunas vitaminas y minerales que ayudan en la forma en que el cuerpo combate las enfermedades. Entre ellas tenemos la vitamina D3, que se encarga de regular el funcionamiento del sistema inmunológico; la vitamina C, que protege a las células del daño oxidativo; y el selenio, que es el elemento principal para generar el antioxidante más potente del cuerpo, el glutatión.
La Dra. Julieta Vélez, psicóloga, comparte que en las enfermedades por trastorno alimenticio se ha visto que en algunos casos la obesidad sirve como mecanismo para esconder situaciones de abuso sexual, de abuso de poder, de negligencia, de violencia doméstica o maltrato infantil. El tener grasa corporal permite al cuerpo “hablar” y crear una defensa que evita la posibilidad de que otra persona vuelva a lastimar, similar a un escudo o un blindaje.
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