Tempranito en la mañana comienzan las funciones de prensa en el Festival de Cine de Morelia. Es una maravilla poder ver sin filas ni exceso de personas todos los largometrajes en competencia, por mas competentes o indeseables que sean. Afortunadamente, con Paula Markovitch no hay falla y su más reciente largometraje, Cuadros en la Oscuridad, es un espléndido retrato de la argentina post-dictatorial y el insilio (contrario al exilio). Markovitch siguió su maravilloso filme El Premio con una historia inspirada en el arte de su padre, así como la importancia de la cultura y creatividaden un lugar donde la libertad está oprimida. https://www.youtube.com/watch?v=LDakoarQCgw
La propuesta nacional continuó dando de qué hablar con Nuestro Bosque, un mediometraje documental sobre la tala de arboles en San Francisco Pichátaro. Los realizadores (conocidos como Colectivo Eratiscua) en realidad jamás habían hecho un producto cinematográfico, lo cual se nota un poco por la edición y la falta de una mezcla de sonido. Sin embargo, Nuestro Bosque cuenta una historia notable cuyo contenido y discurso rebasa por mucho su técnica y las formas en las que se cuenta.
La propuesta internacional no se hizo esperar, y Happy End era de los filmes más esperados en esta semana. La más reciente película de Michael Haneke, controvertido realizador austriáco es una obra polarizadora: demuestra lo mejor de Haneke, como drama entrañable, violencia sutil y crueldad inhumana pero también está algo monótona y confusa, pues los temas son difíciles de distinguir. No obstante, Happy End en particular está interesada en el ojo ciego que las altas clases tienen a los problemas de los demás, con la pausada y lento ritmo que ya ha hecho de Haneke uno de los mejores realizadores vivos. Asimismo, las geniales actuaciones de Mathieu Kassovitz y en particular Isabelle Huppert hacen de éste un triunfo más a la filmografía de Haneke.
https://www.youtube.com/watch?v=Q8Jn1AIzcBQ
La última entrega del director hawaiano Destin Daniel Cretton generó mucha expectativa en su paso por el FICM. The Glass Castle (2017) es una adaptación de la novela publicada por Jeannette Walls en 2005 donde rememora su niñez y adolescencia. La película tiene rasgos muy similares a Captain Fantastic (2015) pero a medida que transcurre la historia, además de alejarse, se torna más obscura. El papel de la protagonista, interpretado por Brie Larson, se desarrolla en medio de una familia disfuncional que pretende conciliar su pasado y presente. Woody Harrelson ofrece una actuación impecable como un padre alcohólico con aires trascendentalistas que bien podrían recordar las ideas de Thoreau o Emerson.
https://www.youtube.com/watch?v=bdNiNhSeSDk
El final del día nos deparó tres documentales. Los Ojos del Mar es un excelente relato de Tuxpan, Veracruz, y cómo afectó a esta comunidad la desaparición de un barco pesquero tras pedir auxilio. En la proyección se encontraba Hortensia Pérez, protagonista del documental y una vocera de vivir la vida con pasión y ánimo. Posteriormente entramos a la proyección de Siempre Andamos Caminando, un documental al estilo de Tatiana Huezo, que retrata a mujeres que se van de su pueblo para buscar trabajo en otros lados. Ambos documentales nacionales proyectan una sensibilidad femenina portentosa y sumamente importante para el panorama contemporáneo.
https://www.youtube.com/watch?v=bVYeJ7Cwxtw
Por último, el documental que cerró el segundo día de FICM fue Makala, ganador de la semana de la crítica en Cannes, Makala por momentos ni siquiera parece un documental. Está hecho con una tensión dolorosa y extenuante precisión, mientras cuenta el viaje de un vendedor de carbón en lo profundo del Congo. La cercanía con los sujetos es conmovedora y la naturalidad para el retrato fiel es impresionante. Guardando lo mejor para el final, Makala fue un excelente cierre para la segunda jornada del festival de cine más querido en el país.