Por: David Segundo @muranio22
Una creatura resplandeciente es la encargada de inaugurar los destellos lumínicos de la noche. Pequeños tintineos iluminaban a Arcade Fire; un carnaval francófono con vestimentas variopintas. Los primeros compases de “Reflektor” nacían para dinamitar al público del Vive Latino. El reggae de “Flashbulb Eyes” estuvo aderezado por palmadas interminables, y el sabor isleño se mantuvo con una tropical interpretación de “Neighborhood #3 (Power Out)”. En “Rebellion (Lies)” se dio el primer atisbo de los coros multitudinarios que arrebatan el aliento del Foro Sol, mientras que el down-tempo “Joan Of Arc” culminó en un vaivén de cuerpos.
Regresaron los suburbios. Melodías reconciliadoras del espíritu humano. “The Suburbs” y “Ready To Start” tienen la capacidad de explotar el alma. Una sosegada versión de “Neighborhood #1 (Tunnels)”, trasladó a parajes inauditos de manera súbita. “No Cars Go” fue una revolución maquinal, donde los gritos se mezclaban creaban un coro expansivo. “Haiti”, “Afterlife”, "It's Never Over (Oh Orpheus)", y “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)” regresaron el baile iracundo, rituales ancestrales surgían con su interpretación.
La presentación de los canadiense tuvo su tinte cómico cuando sus impostores bobblehead pretendían tocar “Esa Luz Nunca Se Apagará” de Mikel Erentux, después del inconveniente “Normal Person” restauró el cauce de la cascada. El carnaval surgió con el afrobeat de “Here Comes The Night Time”, mientras un mar de confeti multicolor volaba por los cielos. Para finalizar, “Wake Up” embarcó al Foro Sol en una tranquilidad catártica. Las ensoñanaciones habían terminado. En vivo simplemente se confirma que Arcade Fire es una de las bandas más grandes de la historia.